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Por: Sandra Ramírez

Gerente General

BRISTOL MYERS SQUIBB MÉXICO Y COLOMBIA

“Un líder que inspira a otros a aprender más, a hacer más, a soñar más y a crecer más, es aquel que será recordado por su legado.”

La palabra “legado” proviene de la raíz etimológica del latín legatum, es decir, que ha recibido la ley”, lo que significa, un “bien material o inmaterial que una persona deja en testamento a otra”. El legado generalmente es la parte más sustancial de los bienes que será heredada.

Hablar de legado puede aplicarse a cualquier ámbito de la vida, tanto profesional como persona pues implica dejar, entregar, depositar un conocimiento o un pensamiento que haga pensar y cambiar al otro. Hablar de legado, también nos lleva a pensar en temas más emocionales… cosas que nos enseñaron nuestros abuelos, refranes que decían nuestros padres o aquellas personas que nos inspiraron y contribuyeron en gran parte a ser lo que somos hoy.

En mi caso y, aplicado a mi trayectoria profesional, lo entiendo desde dos perspectivas: la primera está relacionada con todo el abanico de oportunidades y herramientas que me ha brindado Bristol Myers Squibb por más de 20 años y que deseo compartir con mi equipo de trabajo para que les permita seguir creciendo y, la segunda definitivamente con una filosofía de vida donde se promueva la tenacidad como un claro propósito de que los sueños se pueden alcanzar. Hoy, cuando me preguntan cuál quisiera que fuera mi legado, mi respuesta se relaciona siempre con lo que puedo aportar a los demás para que sean mejores personas profesional y personalmente.

Cuando era pequeña siempre me preguntaba qué quería ser de grande… Quería ser doctora, quería ser odontóloga y, finalmente, me gradué como Ingeniera en Sistemas, lo que me permitió tener la oportunidad de trabajar para una compañía farmacéutica apoyando a la comunidad médica en beneficio de los pacientes. Ahora, pienso en cómo quiero ser como madre, como esposa y como líder de un gran equipo de trabajo, lo que me lleva a preguntarme cuál me gustaría que fuera mi legado desde que inicié mi camino profesional.

“Algún día me sentaré en esa silla y seré la cabeza de Bristol Myers Squibb”; ese fue mi pensamiento el día que entré a la oficina de la dirección general en mi primer día de trabajo en la compañía. Esa meta tenía el trasfondo de demostrarme que los sueños se pueden lograr, por muy inalcanzables que parezcan.

Si bien ingresé a la compañía como analista de sistemas, busqué mi desarrollo en otras áreas y, en 1994, me ofrecieron ocupar la posición de gerente de administración de ventas. En ese momento era difícil pensar que podría ser directora general; sin embargo, fue ahí cuando comencé a perfilarme hacia la posición que tengo hoy después de un muy largo camino lleno de aprendizajes, momentos difíciles, éxitos, y mucha pasión y energía por mi trabajo.

En enero del 2011 logré ocupar la posición de directora general en la operación de Bristol Myers Squibb Colombia y hoy, sin temor a equivocarme, puedo decir que esta búsqueda me ha dado grandes experiencias de aprendizaje: a nivel personal me ha permitido dejar a mis hijos la enseñanza de que todos los anhelos se pueden lograr, siempre y cuando estén comprometidos y busquen mejorar día con día. A nivel profesional he entendido la responsabilidad que conlleva liderar una operación y poner en alto el nombre de la compañía.

A medida que han pasado los años, ese interés por continuar escalando posiciones se ha transformado en pensar más en cómo quisiera que me recordara mi equipo de trabajo y qué puedo hacer por ellos. Con base en mi experiencia profesional, estoy convencida de que las personas te recuerdan por cómo fuiste como líder, por tus valores, o por cómo les ayudaste o los impulsaste a crecer, pero poco te recordarán por tus resultados financieros o por tus logros numéricos.

El legado lo construyes todos los días con esfuerzo y trabajo, experiencia y conocimiento, valorando a las personas y ayudándolas a crecer.

Si hoy me preguntan qué debería hacer para dejar un legado en la compañía que trabajo y con mi familia, les daría 5 consejos:

1. Ofrecer una sonrisa sincera a los que me rodean y disfrutar de cada momento de la vida.

2. Escuchar lo que las personas tienen por decir y ser capaz de dar una palabra de apoyo en los momentos difíciles.

3. Poder dar una recomendación que encamine al crecimiento personal y profesional de quienes están a mi alrededor.

4. Valorar las diferencias, ser diverso e inclusivo, y promover la igualdad de todos.

5. Transmitir a los demás que es posible salir adelante aún en momentos difíciles.

Cuando pienso en un legado para mis equipos de trabajo, pienso en una frase de Daniel V. Chappell que dice “La gente se acordará de nosotros, pensará en nosotros y hablará de nosotros por cómo les hicimos sentir y ese es el verdadero legado”.

A mí me gustaría ser recordada como una líder íntegra y transparente, que se siente honrada de trabajar en una compañía como Bristol Myers Squibb. Una líder justa y empática, personal y profesionalmente. Tal vez, hoy tengo que seguir trabajando para llegar hasta allá, pero lo más importante es tener este propósito y preguntarme todos los días cómo voy avanzando en este camino. Hoy más que nunca, estoy comprometida con este objetivo teniendo la seguridad de que me permitirá afrontar los cambios en el mundo y los míos personales de una manera más cálida, humana y resiliente.

Es así como dejo para cada uno de ustedes estas reflexiones que les permitan preguntarse: ¿Y cuál quisiera que fuera mi legado?


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