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Por: Fernando Landeros Verdugo

PRESIDENTE FUNDACIÓN

TELETÓN

Nos mintieron, todo este tiempo nos engañaron y nos dijeron que debemos aceptar las cosas tal y como son; nos enseñaron qué es malo ser tercos. Pero ¿Cómo aceptar cuando el mundo es injusto?, ¿Cómo aceptar cuando encontramos caminos llenos de obstáculos?, ¿Cómo aceptar cuando la gente nos da la espalda?

Por eso tenemos una obligación: la obligación de ser tercos, de ser tercos y hacer justicia. Ser tercos y vencer obstáculos. Ser tercos y hacer del mundo un lugar mejor para nosotros y para los demás. Aunque duela, aunque sea difícil, aunque incomode.

Porque la resignación nos paraliza La resignación es un veneno que seca nuestra alma… la marchita. Por eso los tercos, los inconformes, somos capaces de cambiar al mundo. Sólo los tercos podemos encontrar el oasis en el desierto.

Sólo los valientes se niegan a aceptar la oscuridad y, con terquedad, continúan avanzando hasta encontrar la luz. Sólo los tercos saben que la única forma de salir de un mal momento es avanzando. Avanzando, avanzando, avanzando más allá de lo imposible.

Y es así como nos inspiran, es así como encuentran la luz e iluminan al mundo. Y es así como los tercos hacen camino para los demás.

La vida está llena de retos, el mundo está lleno de obstáculos. Por eso hoy más que nunca te invito a ser terco conmigo. Seamos tercos para defender ideales, convicciones, valores. Tercos porque luchamos por lo que creemos, y creemos en la verdad, el amor y la bondad. Creemos que solo así podremos construir un mejor presente y un mejor futuro, un mejor país.

Tengo la fortuna, el honor, de conocer a miles de tercos. Miles de personas han hecho de la terquedad una forma de vida. Conozco a niños que han visto de frente a sus obstáculos. Que los han mirado a los ojos, sin agacharse, sin achicarse, sin temor. Conozco a niños que han luchado, que han peleado, con terquedad, para transformar sus vidas, para dar su primer paso, para vencer al cáncer, para alcanzar sus sueños.

Conozco a personas, millones y millones de mexicanos y mexicanas, que han dedicado su vida a servir, a estar unidos, a cambiar el mundo. Conozco esa fuerza. La he visto. Y esa fuerza está dentro de ti, dentro de mí, dentro de todos. Todos podemos vencer a la resignación, a la apatía y el conformismo. Lo podemos hacer sacando al terco que llevamos dentro.

Este año ha sido muy difícil. Pero una cosa tengo clara: Nos mintieron. Todo este tiempo nos engañaron. Porque ser tercos es lo único que nos sacará adelante.

Ser terco es ser CONSTANTE.


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