Por: Grace Kamaji
Directora General
LIFE 180
“Dirigir, Coordinar, trazar las rutas, asegurar el talento y mantener a su equipo motivado.”
Ser honesta conmigo, con lo que pienso y siento, con mis valores y creencias, actuar con deseo, tener motivación, alejarme del deber ser, MOSTRARME COMO SOY. Un viaje para encontrar el equilibrio, encontrarme genuina y congruente, dejarme ver como soy, confiar. Un autoconocimiento, una transformación. SER AUTÉNTICA. En un párrafo es lo que he aprendido en estos últimos 3 años.
Solía ser una persona muy práctica y organizada, siempre me guiaba por el deber ser y claro por seguir el ejemplo de mis padres, prácticamente quería seguir esa fórmula perfecta para obtener el éxito; la gran mayoría de mis proyectos me resultaban, la balanza entre las ganancias y las pérdidas estaban en positivo, siempre muy responsable, estratégica y calculadora, guiada por lo que se debe de hacer y procurar no salirme de la fórmula pues no vaya a ser que un cálculo me salga mal. Pero eso fue en el ramo de los negocios, en casa las cosas no parecían marchar de la misma manera, aquí la aplicación de los métodos aprendidos en casa de mis padres también dependía de mi esposo.
Invertimos en pleitos y terapias.
Invertí tiempo, esfuerzo y dinero.
Obtuve aprendizaje, cambio y transformación.
El ingrediente mágico: compromiso.
Aprendí que la vida no se trata de fórmulas de éxito o de fracaso, que cada uno somos únicos, diferentes y cambiantes; que lo que quieres hoy no tiene que ver lo que querías ayer, ni con lo que querrás mañana; que es un poco absurdo ir formulando la vida de acuerdo con un manual.
Aprendí que en la vida hay millones de formas y de posibilidades; y sobre todo aprendí que tanto el éxito como la felicidad son conceptos personales, abstractos y cambiantes.
Me di cuenta de que por mucho que yo admiro a mis padres, sus fórmulas y conceptos sobre éxito y felicidad, son de ellos y que yo tenía que encontrar mi felicidad y mi éxito.
Yo soy de esos que creen en la causalidad, por encima de la casualidad, para ese entonces yo no tenía mucho de haber fundado la empresa que actualmente dirijo: LIFE180 bienestar y salud, una empresa de suplementos alimenticios.
En este viaje de autoconocimiento, me topé con mis verdades, comencé a cuestionarme, a aprender cosas nuevas, ver muchas posibilidades, salirme de lo bueno o lo malo, enriquecerme de la diversidad. Dejar los juicios.
Dejé de defender y de convencer a los demás, no es necesaria la justificación cuando hay una convicción.
Conocí mis egos, esa voz que me hace actuar con el deber y la exigencia por encima de mis motivaciones.
Y aunque aparentemente este autoconocimiento, este ser honesta con mi ser tenía un fin personal, de pronto no puede darle la espalda a lo que soy y a lo que deseo, empecé a cuestionarme porqués de casi todo en mi vida, a pensar en proyectos que antes me eran absurdos, a ver muchas aristas que antes no veía, aunque las tenía enfrente.
De pronto el concepto de empresa me cambió totalmente, ya no podía ser una persona en la casa y otra en la oficina. Tenía que aplicar esto con mi empresa, con mi gente.
En el pasado en mi trabajo tenía una fama de seria y exigente, de hecho, había un “respeto-miedo”, un término que cada vez me empezó a ser más incómodo e incluso doloroso, al punto tal de insoportable. Me cuestionaba de donde y porque salía ese miedo hacia mí, si yo era respetuosa, clara e incluso muy permisiva con mi gente; es más, ni siquiera me conocían.
LIFE180 pasaba de su etapa de emprendimiento, de prueba y error, a convertirse en una empresa, el modelo de negocio se comenzaba a validar y era momento de crecer, el formato de trabajo independiente que yo había aplicado en el pasado con éxito, cada vez comenzó a ser menos funcional al punto tal, de ser desastroso, lo que me había funcionado en el pasado, ahora dejaba de ser funcional; necesitaba un cambio.
La necesidad de un jefe integrador e involucrado, que nos ayudará a conectar y ponernos de acuerdo era evidente; obviamente no me alcanzaba para traer un CEO experimentado; además yo tenía un motivador muy grande con este proyecto. A LIFE180 me invitó en 2016 Amelia, una amiga casi hermana desde la infancia, le habíamos dedicado muchísimo tiempo y esfuerzo, plasmamos el corazón, nos profesionalizamos en la aceleradora, nunca antes me había sentido tan motivada por un proyecto, por lo que implica más allá de la utilidad económica, así que por mucho reto que esto pareciera era momento de volverme el director.
¿Y qué hace el director?
Dirigir, Coordinar, Trazar las Rutas, Asegurar el talento y Mantener a su equipo motivado (nunca voy a olvidar esas palabras de mi mentor cuando le hice esa pregunta)
“¡Pero la gente me tiene miedo¡”
He invertido en más sesiones de coaching para mi empresa que las que he tomado con el tema de pareja, o madre, sin contar las horas de mentorías.
Valió la pena… Aprendí a mostrarme como soy, ser honesta, con lo que quiero yo.
Me quité la máscara del pasado, la jefa sería estratégica, fría y enfocada a resultados.
Me he dejado mostrar como soy, y comparto lo que pienso y lo que quiero, pido ayuda y escucho consejos.
Confío en mi intuición, creo en mi proyecto y en mi capacidad de atraer a la gente que también crea en él.
Tuve que cambiar por una necesidad de tomar un puesto que inminentemente era momento de tomar para por un lado poder llevar a mi empresa a donde quiero llegar, y por otro lado ser la empresaria que me inspira y me genera emoción.
Entendí que no somos uno en la casa, otro con los amigos y otros en la empresa, y entonces me he dado a la tarea de sacar eso que salió de mí con mi equipo.
Probé en carne propia la transformación de trabajar con propósito y transparente, hoy tengo la convicción de que mi gente son parte importante de este proyecto, y entiendo la importancia de que sean ellos mismos en el trabajo, de que no tengan miedo a mostrarse como son, a emocionarse, a enojarse y equivocarse; siempre y cuando estemos comprometidos y en el mismo barco.
Es curioso que lo que comenzó siendo una necesidad para brincar una mala racha de pareja se ha vuelto un estilo de vida, una gran herramienta en todos los ámbitos. No todos nos atrevemos a cuestionarnos más allá de lo aprendido; más bien de lo que interpretamos de lo que nos enseñaron. Tuve que armarme de valor para cuestionarme y poder ver más allá de lo evidente, para sentir y conectar. Fueron muchas dificultades:
1. Dejar el hábito de hacer las cosas de la misma manera
2. Vencer el miedo de hacerlo diferente, de equivocarte
3. Confiar en mi intuición y mis deseos
4. Lidiar con el remordimiento de conciencia de cambiar sobre lo establecido, sobre lo que me enseñaron.
5. Aprender que las diferencias enriquecen
Lo más difícil: es creértela
Lo más padre: es créetela
Mi compromiso: Ser auténtica, creer en lo que hago. Inspirarme e inspirar.
Buscando en Google la definición de Honestidad, leí prácticos ejemplos de un ser honesto y pensé que hoy yo no me atrevería a definir acciones que te hagan vivir un valor.
NO BUSQUES EJEMPLOS; SE UN EJEMPLO.