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Por: Allan Cherem

DIRECTOR GENERAL

CONTIGO

No se me ocurre un mejor momento para reflexionar sobre este tema: ¿Quién nos apoya? que durante la crisis económica y social que ha generado el COVID19.

Es la segunda mitad del 2020. Corre el mes de Julio. Llevamos casi 120 días de haber iniciado el confinamiento por la pandemia. Hemos tenido que aprender a vivir en un “nuevo normal”. Nuestras vidas cambiaron de la noche a la mañana. Contigo cambio de la noche a la mañana. La forma de ocurrir y de relacionarnos cambió también de la noche a la mañana. Normal. COVID. Sacudida. Cambios. Ajustes. Nuevo Normal. Futuro Incierto.

Cuando todo esto empezó estábamos llenos de dudas. De entre todas ellas resaltaba una por encima de todas las demás: ¿Cómo llevamos a Contigo del otro lado de la crisis manteniendo nuestro compromiso de acompañamiento con propósito social? Era evidente para todos nosotros la gran oportunidad que nos presentó la vida para honrar nuestro propósito. Jamás hubiéramos deseado vivir algo así. Es una tragedia la pérdida de cientos de miles de vidas a nivel global. Para nosotros una oportunidad de poner a prueba nuestra cultura y nuestro propósito.

De manera muy ágil sesionó el Comité de Crisis. Cuidar a nuestros colaboradores y clientas y cuidar a Contigo. Ese es el objetivo trascendental. Como consecuencia, seríamos responsables con las comunidades y con nuestro país. De manera muy ágil mandamos a todos a Home Office. Habilitamos sus equipos para que operen de manera remota. Brindamos de herramientas y acompañamiento cercano y cálido a cada colaborador para enfrentar esta nueva realidad.

Nuestras clientas. Ellas son lo más importante. Que será de ellas estando en la base de la pirámide y con grandes necesidades. Una encuesta nos confirmó lo que ya sabíamos: si no salen a trabajar no pueden surtir sus despensas. Cómo las acompañamos en este momento para suavizar la caída de sus ingresos.

Leemos que grandes corporativos deciden no pagar sus rentas. Deciden pedir prórrogas en sus créditos. Derivado de la nueva realidad, aplazan todas sus inversiones y dejan ir a mucha gente talentosa. Personas con necesidad de llevar el sustento a sus casas. Cómo podríamos nosotros hacer esto si hemos declarado siempre que nuestra misión es cambiar la vida de todos nuestros grupos de interés: colaboradores, clientes, proveedores y accionistas.

Los escenarios de estrés nos ponen muy nerviosos. ¿Será que nuestras clientas podrán hacer frente a sus créditos? ¿Cómo las apoyamos?

Que gran aprendizaje ver que quien nos apoya son ellas. Quién nos apoya son nuestros colaboradores. Todo nuestro respeto y admiración para estas personas que, ante los retos de la vida, sacan lo mejor de sí para enfrentar la vida como se les presente. Cuidan más “a los que tienen” que “lo que tienen”.

Nuestros colaboradores (con excepción de los grupos vulnerables) deciden, de forma personal, seguir acompañando a sus clientas. Saben de sus necesidades y honran el compromiso de estar con ellas de manera cálida y con sana distancia. Ellos deciden sus rutas, sus visitas y cómo mantener la calidez, incluso en la distancia. Ellas muestran su madurez y su cariño por esta familia de familias: Contigo. Sin ponerse en riesgo, hacen lo necesario para apoyar a nuestras clientas en su misión de seguir llevando comida a sus casas.

Nuestras clientas son mujeres aguerridas e imparables. Mujeres cuyas familias están sostenidas en ellas como pilar. Teniendo restricciones en sus actividades económicas primordiales por los cierres de las ciudades, encuentran maneras de reinventarse. Sueñan con sacar a sus familias adelante y construyen para lograrlo. Salen a darlo todo para asegurar el futuro de los suyos.

Ha sido una gran lección de vida ver de primera mano cómo quién nos ayuda son los que más ayuda necesitan. Son personas que aún respetan y honran el valor de su palabra. Personas que cuidan a su organización porque la organización los ha cuidado a ellos. Cuidan a sus compañeros porque sus compañeros los han cuidado a ellos. Cuidan a sus clientas porque sus clientas les dan la oportunidad de servirlas y los han cuidado a ellos.

En el libro “Give and Take”, Adam Grant habla de las características de cada grupo de personas. Los primeros (Givers) dan de sí para apoyar a los demás mientras que los segundos (Takers) buscan “tomar” lo más que puedan de su prójimo. Los “Givers” son más exitosos en el largo plazo. Eso dice la ciencia detrás del libro. Son exitosos porque generan círculos virtuosos a su alrededor. Ayudan al prójimo y la vida les recompensa. Sin importar las circunstancias, se aseguran de ayudar y apoyar a los demás. Las empresas son personas morales y también hay unas que dan y otras que quitan. Sin importar su giro y antigüedad, unas viven con propósito, otras lo pierden en el camino y otras nacen sin él.

Durante estos días hemos visto a algunas empresas “tomar” de sus colaboradores y clientes para salvarse a sí mismas y sus intereses económicos. Se pone al descubierto que detrás de sus slogans no hay un profundo compromiso con sus grupos de interés. También hemos visto otras que se han mantenido fieles a sus promesas. Que han encontrado formas de proteger a quienes más los necesitan. Con mucho orgullo puedo decir que, gracias a un equipo espectacular de personas, Contigo es una de estas.

Yo estoy convencido que vine a esta vida a ayudar a otros. Estoy convencido también que quienes tenemos el privilegio de tener salud, acceso a la educación, un marco de valores y un sentido de propósito mayor podemos hacer una diferencia en el mundo. Aportar nuestros 2 centavos para hacer un mundo mejor en beneficio de todos. Para todos nosotros en Contigo ha sido una grata sorpresa ver como nuestros clientes, nuestros colaboradores, nuestros accionistas y proveedores han decidido ayudar a esta organización a llegar del otro lado de la pandemia porque dentro de si, en el fondo, ellos saben que Contigo se los sabrá recompensar y les seguirá acompañando siempre con un alto sentido de propósito social.


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