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Por: Jorge Gutiérrez Álvarez

CEO

FIINLAB

Innovación es una de esas palabras que de tanto escuchar o repetir, pierden significado. Llevamos mucho tiempo hablando de innovación y en realidad ésta ha existido desde el inicio de los tiempos; muchos pueden opinar que es parte de la naturaleza humana. Lo que ha cambiado, es la velocidad a la cual ocurre la innovación; y todos queremos innovar para mantener el paso. Quizá por eso percibimos la innovación como una nueva moda u ola en la que todos queremos surfear.

Los corporativos no son la excepción, se han contagiado por la necesidad de permanecer vigentes y más relevantes de cara a sus clientes y en últimos años escuchamos la palabra “innovación” como parte del vocabulario básico corporativo; casi diría que brinca como impulso no controlado en conversaciones estratégicas, operativas o de negocio en general. Es más, si algún corporativo no tiene una “estrategia” o iniciativa de innovación, levanta suspicacia.

Existen marcos contextuales, textos, libros y cursos miles sobre innovación y formas de innovación corporativa. Es un mundo enorme lleno de variables para definir estrategias de innovación miles; todo lo puedes encontrar en internet. En este capítulo, quisiera aportar con aprendizajes y consejos prácticos de experiencias en los más de 10 años promoviendo la innovación corporativa en diferentes industrias; para que dueños / ejecutivos de alto nivel, curiosos y responsables de innovación corporativa puedan considerar seriamente al momento de decidir innovar en un corporativo, quizá hasta pueda ayudar a no cometer tantos errores como yo he cometido.

Recuperando entonces el significado de la innovación, empecemos por una definición simple, pero potente:

INNOVACIÓN = (ideas) x (valor)

  • Ideas = ideas no solo en el papel, sino ejecutadas
  • Valor = ( Valor humano + Valor económico + Valor social + Valor para el planeta)

Entonces las ideas por si solas, no son innovación; pero ideas que ejecutadas agregan valor o resuelven un problema, son innovación. En cuanto al valor, a mayor el valor que agreguen, más relevante es la innovación. En lo particular me parece que necesitamos empresarios, emprendedores e innovadores preocupados por el valor más allá de lo económico.

Como ya lo comentaba, todo corporativo hoy trama, está iniciando o presume alguna iniciativa de innovación. Habiendo recuperado el significado de innovación ¿Son estas iniciativas, algo superficial (llamado circo o teatro de la innovación -> $costo$) o son estas iniciativas apuestas serias a la estrategia, al talento e ideas que podrían aportar a una larga vida de la organización ($Inversión$)? Para responder a esta pregunta te planteo diferentes formas de reconocer innovación corporativa y puntos que me parecen clave para identificar estrategias con potencial para generar valor.

Hablando de formas de estructurar la estrategia de Innovación corporativa, el enfoque puede variar ampliamente dependiendo lo que se busque, pero de forma muy general y no exhaustiva es importante entender si el corporativo piensa innovar desde adentro, si está dispuesto a incorporar al ecosistema emprendedor o ambos.

Innovación interna – Se reconocen las capacidades de la organización para innovar.

  • Concursos de Innovación interna – La inteligencia colectiva de la organización se puede utilizar para detonar innovación incremental, es decir ideas que generan algún ahorro, eficiencia o nuevos ingresos. Sirven también como mecanismo de educación y administración del cambio en etapas tempranas de la estrategia de innovación.
  • Laboratorios de Innovación internos – Unidades de negocio o áreas que se especializan en innovación, ya sea para crear proyectos o empresas propias o para detonar proyectos de innovación transversales a la organización. Estos ejercicios van madurando en la medida en la que las iniciativas maduran y se van dando resultados.
  • Proveedores como brazos externos de innovación – Existen muchos proveedores que ayudan a las empresas a innovar, ya sea a través del diagnóstico, capacitación o incluso poniendo equipos externos a ejecutar proyectos con liderazgo interno. Conozco pocos capaces de agregar valor de largo plazo, pero la prueba y error son parte valiosa de madurar la estrategia. Esto suele darse en etapas tempranas de la estrategia y el valor generado depende mucho de la claridad en la estrategia.

Innovación abierta – Se reconocen capacidades externas, para innovar alineado a estrategia de la organización. Se involucra al ecosistema emprendedor en el proceso de innovación.

  • Partners – Los corporativos pueden recurrir a aceleradoras, incubadoras, venture capitals u otros como partners para generar cultura, tener acceso a talento o proyectos alineados a estrategia de Innovación.
  • Hackatones – Ejercicio colectivo de emprendimiento con enfoque técnico o de negocio con el objetivo de resolver un reto, problema o crear productos mínimos viables de negocio o desarrollo tecnológico en un número determinado de horas. Sirve como herramienta de la estrategia de innovación en la búsqueda de talento, ideas o para educar a la organización en metodologías de innovación y emprendimiento ágil.
  • Brazos internos de capital de riesgo (Corporate Venture Capital) – Equipos internos dedicados a invertir en startups alineadas a la visión de la empresa. Normalmente buscan retornos estratégicos, sin dejar completamente de lado el retorno financiero de la inversión.

Algunos consejos para incrementar la posibilidad de que la estrategia de Innovación agregue valor sostenible a la organización y que puedas disfrutar del camino:

Patrocinio – Considero indispensable que la iniciativa de innovar venga o esté 100% respaldada por el top management y/o el consejo de administración. Deben entender o al menos estar abiertos a aprender lo que implica innovar, confiando en el proceso. Si no hay una intención contundente de innovar, apoyar a quienes ejecutan y soportar el dolor que implica fracasar para después lograrlo; hay altísimas % de no poder agregar valor en forma de innovación. Mi recomendación si no hay patrocinio: eduquen, después ejecuten o en su defecto, salgan corriendo de ahí.

Estrategia – La innovación debe estar íntimamente ligada a la estrategia de la organización. La visión o aspiración de la empresa debe ser la misma brújula de la estrategia de innovación. Si los proyectos de innovación, no son prioridad para la organización, vas a poder ejecutar ideas con valor potencial, pero si no logras traducirlas en valor para la empresa, se corre el riesgo de altos niveles de frustración para todos los involucrados. Eventualmente, si no es bien manejada puede diluirse la emoción de innovar.

Expectativas claras – La innovación es un mundo de posibilidades. Asegúrate de tener claro qué buscan con la estrategia de innovación, qué tipo de innovación, objetivos de corto, mediano o largo plazo y cuánto están dispuestos a invertir para ver resultados. Hay que documentar y comunicar esto claramente a personas clave en la organización.

Valentía – Si algo está bien estudiado en la innovación corporativa, es que el principal riesgo es la misma organización; el sistema inmune que ataca estos nuevos organismos que no reconoce. Como organización, se requiere liderazgo directivo valiente, que no se frene o retroceda con el miedo provocado por la ambigüedad o el fracaso, parte esencial de la innovación. En cuanto al talento que lidera y ejecuta la innovación, se requiere aún más valentía. Que no sea tan cuidadoso en sus pasos, preocupado por perder su “chamba”; al contrario, que rete el status quo, que cuestione y proponga aunque a veces parezca que se ha intentado todo. A los líderes de la innovación, no hay que protegerlos en una burbuja, hay que darles chaleco antibalas, porque serán blanco de ráfagas o tiros certeros, pero deben resistir.

Anti-fragilidad – Otra palabra de moda es la resiliencia, la capacidad de levantarse ante la adversidad. Yo prefiero usar anti–fragilidad, la capacidad no solo de levantarse sino levantarse fortalecido por el aprendizaje. Las empresas e individuos que consideran seriamente la innovación deben saber que no siempre se agrega valor a la primera, será necesario fallar, para aprender y volverlo a intentar. Muchas organizaciones dicen entender y estar dispuestas a fallar, a tolerar el error en ejercicios de innovación, la realidad es que pocas toleran el error cuando eventualmente llega. Esto le pega a la valentía.

Pasión – En la innovación, la pasión debe ser el motor que impulsa el día a día, es la forma en la que disfrutas los altos y toleras los bajos. He visto gente brillante integrarse a procesos de innovación corporativa, pero si no les apasiona lo que hacen, duran poco.

Disciplina – La innovación es disciplina y método. No debería haber equipo más disciplinado en un corporativo, que los que ejecutan la innovación. Hay que definir y documentar procesos, confiar en ellos, hacerlos ágiles para aprender, fracasar lo más barato posible y repetir hasta lograrlo.

Adaptabilidad – La realidad puede llegar a ser diferente que como la planeaste, la estrategia de innovación debe evolucionar, madurar y estar en constante movimiento. Define estrategia y trabaja con lo que tengas en ese momento, sabiendo que no siempre controlas el entorno. Si la estrategia de Innovación no cambia 1 o dos veces al año, algo estás haciendo mal. Habrá que reinventarse varias veces de ser necesario, en lo individual, como equipo o como organización.

Secuestro – Suele existir la tentación de asignarle a una persona o pequeño grupo, la responsabilidad de la innovación en la organización. A menos que sea un grupo completamente independiente del negocio core y estructura corporativa, esto solo dificulta su objetivo de innovar, pues surgen muchos celos o miedos en la organización que dificultan la implementación o masificación de ideas o proyectos. La innovación debe ser una tarea de toda la organización y se debe incorporar como parte de la cultura.

Cooltura – Hay libros completos sobre este tema. He leído varios, pero no lo entendí hasta que la cultura fue la razón de fracaso y hubo que empezar de cero. Hoy, en cambio la cultura ha sido lo que nos ha salvado en momentos clave. Es el tipo de cosas que un corporativo no entiende de la innovación y lo elimina apenas las cosas se ponen un poco difíciles para reducir costos. Se debe construir una cultura de innovación que deje claro para el equipo su razón de existir, su esencia, qué significa ser parte del equipo, qué se espera de cada uno, cómo se vive y contagia la cultura.

No hay una sola fórmula, y creo que tampoco hay atajos ni camino fácil para innovar en un corporativo. Encuentra un problema a resolver y emprende el camino, confía en el proceso, anímate a vivir el error, la incertidumbre y la emoción de construir para agregar valor. En lo particular, la innovación corporativa me ha permitido explorar mi máximo potencial e impulsar el de muchos otros, sacándonos del punto de confort una y otra vez. Agradezco mucho a estas empresas que deciden un camino serio y valiente en la innovación, a sus líderes y a la gente con la que he trabajado e interactuado por permitirme hacer algo en lo que me siento bueno y que me apasiona, para resolver grandes problemas y hacer un mundo mejor.


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