Por: Francisco Chávez Saldaña
VP & GM LATIN AMERICA
THERMO FISHER SCIENTIFIC Thermo Fisher Scientific
y
Alejandro Moreno Sánchez
Sr. HR Director Latin América
Thermo Fisher Scientific
El concepto de constancia es sumamente importante en varios ámbitos de la vida como lo es el trabajo, y se puede concebir como una virtud que nos lleva al éxito. En la vida, el hombre tiene una naturaleza de generar un estado ideal futuro, una visión personal. En el camino de poder alcanzarlos, la constancia y el esfuerzo son dos valores que van de la mano, la constancia es la fuerza que nos impulsa a lograr nuestros propósitos mientras que el esfuerzo es el que nos permite gestionar las dificultades.
Existen íconos de constancia en ámbitos específicos como lo es el deporte. Citando un par de casos, tenemos a Rafael Nadal que es uno de los tenistas más grandes de la historia y su impacto ha generado casos analizados en muchas escuelas de negocios. Su pensamiento fundamental es “ser una persona positiva y pensar siempre que las cosas van a mejorar”. Esta frase resume muy bien una cualidad que se presenta de manera constante en personas exitosas y el punto crítico, es que han logrado ponerlo en práctica durante toda su vida.
En el básquetbol, Michael Jordan es sin duda alguna, el personaje más influyente en la historia del deporte. Su camino a la fama fue sinuoso, lleno de dificultades. En sus inicios él dudaba de su talento, pero logró superar varios obstáculos que la vida le puso para salir adelante con base en una fortaleza mental única. Hablando del deporte más seguido en el mundo, existen varios íconos y el mejor jugador mexicano de futbol de todos los tiempos, Hugo Sánchez, es un ejemplo reconocido mundialmente de constancia y esfuerzo.
Existen rasgos que son comunes en todos estos personajes y que se plasman de manera distinta pero que en concepto significan lo mismo. Un motivo muy sólido para lograr el objetivo, fortaleza mental, trabajo bajo presión de manera constante, serenidad y perseverancia, canalizando toda la energía en alcanzar la visión establecida.
No podemos dejar de considerar el factor negativo de la ecuación; los comportamientos en que se destierra la perseverancia, para dar entrada a la frustración. Hay que tener en cuenta que este tipo de manifestaciones inciden, negativamente, sobre todo, en el mantenimiento del esfuerzo, permitiendo que, en algunos casos, el deportista llegue derrotado y a tirar por la borda la contienda.
Estamos hablando, en definitiva, de actitudes que dificultan el estar centrado en la tarea principal, que nos alejan del objetivo prioritario. En estos casos, hay diversas formas de manejarlo adecuadamente, pero lo más importante es primero tener conciencia plena de lo que está sucediendo, atender los motivos que lo causan, para finalmente regresar a los fundamental; una visión clara y retomar la constancia en las conductas y/o prácticas que nos llevarán a lograr el objetivo final.
En el mundo de los negocios, un punto fundamental es la denominada “organodinámica” que busca explorar cuanto trabajo útil se puede obtener de una organización y por tanto como concebir y mantener equipos de alto rendimiento. Esto tiene un símil con la termodinámica (Parte de la física que estudia la acción mecánica del calor y las restantes formas de energía). En términos generales, la entropía es una noción que procede de un vocablo griego que se traduce como “vuelta” o “transformación”. Cuando hablamos de organizaciones, el concepto de entropía se produce cuando un sistema ha agotado su capacidad para cambiar y transformarse.
En el caso de los líderes de organizaciones, la entropía se da cuando la persona esta encerrada en sí mismo, con poca habilidad para visualizar el entorno de manera amplia y abierta. Esto sucede cuando existen personas que proveen de “inputs” que le ayuden a ver más allá de la propia y limitada visión de la realidad. En toda esta discusión, la empresa debe ser concebida como un sistema en donde el todo es mayor que la suma de las partes para realmente trabajar para alcanzar las metas de manera eficiente y clara. Un buen ejemplo de la falta de entropía, es la industria fotográfica en la que la evolución hacia la digitalización total fue un punto de inflexión que cambio ese negocio para siempre, y en el que algunos murieron en el camino y otros entendieron la necesidad de transformarse y adaptarse a la nueva realidad.
Un caso mucho más actual es la situación generada por la pandemia de COVID-19, además del gran impacto en la mortalidad de personas y la muy complicada situación económica del mundo ha descubierto varias señales de alerta. Primeramente, la vulnerabilidad que tiene la humanidad ante un acto de la naturaleza ha sido más que evidente. Por otro lado, la complejidad del manejo de una pandemia de esta dimensión desde el punto de vista de prevención, erradicación, monitoreo y control. Este es un buen ejemplo de una situación específica que genera la necesidad de transformación como agente de cambio hacia un estado mejorado.
“Lo único constante es el cambio”; es tan común escuchar esta frase que parece ya trillada, y que además no representa la realidad, al menos en términos corporativos. En una economía global profundamente capitalista, dejando a un lado tendencias políticas, hay una constante que impacta directamente a empresarios y ejecutivos, esta es el crecimiento.
Esta constante rige en gran medida el actuar de las empresas de todos los tamaños. Frente a los mercados de valores, simplificando, el valor de una acción (o participación societaria) de una empresa, se rige por el valor futuro de la misma, y este valor futuro se espera que sea mayor al valor actual. ¿Cómo se logra esto? Con crecimiento en los ingresos y utilidades, resultados de un diseño de una estrategia sólida compartida con todos los líderes de una organización y, posteriormente su ejecución eficaz. Los inversionistas siempre tendrán diversas opciones para invertir su capital, necesitamos convencerlos de que invertir en nuestra empresa y/o proyecto es la mejor opción.
Lograr una visión estratégica efectiva y asegurar su ejecución, requiere más que nunca, considerar el entorno en el que se desempeña cualquier empresa en esta época; un entorno “VUCA”. Este acrónimo es utilizado para describir la Volatilidad, Incertidumbre (uncertainty en inglés), Complejidad y Ambigüedad que rigen nuestros tiempos. Aunque fue creado por las fuerzas armadas de Estados Unidos después de la guerra fría, se consolidó en los 90 ́s en el ambiente empresarial.
Nunca como hoy en nuestra historia, habíamos vivido con la capacidad y velocidad de acceso a información y datos que tenemos hoy. Las empresas que han logrado comprender y aprovechar esta nueva realidad, están derrumbando a grandes gigantes que por décadas mantuvieron posiciones de liderazgo en sus respectivos sectores. Esta competencia cada vez mayor y más acelerada por ganar la preferencia de los consumidores, está llevando a las corporaciones a enfocar gran cantidad de sus recursos hacia una transformación digital. Tanto para las pequeñas nuevas empresas que surgen, como para las grandes corporaciones, el objetivo central (y constante) es el crecimiento, crecimiento en un ambiente VUCA.