Comparte en tus redes sociales

Por: Miguel Angel Alonso Rubio

CEO

ACCIONA ENERGÍA MÉXICO

“Las empresas tienen su propia personalidad, pero el carácter lo ponen las personas que colaboran en ellas.”

Yo me cuestiono: La pregunta es ¿por qué?, o la pregunta es ¿Cuándo?, ¿Cuándo me desilusione?, ¿cuándo recupere la Ilusión? Todos pasamos por altibajos en nuestra vida; en nuestras relaciones, en nuestros pasatiempos, en nuestro trabajo, con nuestros propósitos, etc.

Tendríamos que escribir un libro para analizar a profundidad este primer párrafo. Obviamente lo intentaremos acotar con unas pequeñas pinceladas. Vamos a centrarnos en seguir ilusionados en nuestra empresa y cuáles son los motivos por los que mantenemos la ilusión.

Considerando el inicio de nuestra vida profesional a partir del momento que salimos de la universidad y si por alguna circunstancia no fuimos a la universidad, pero somos personas con iniciativa, ganas de crecer y desarrollarnos pondremos este inicio profesional a partir de los 23-24 años. Si establecemos un inicio, pero no un final, porque la Ilusión, jamás se pierde.

En las diferentes etapas de nuestra vida, las motivaciones van cambiando, por ese motivo, en nuestra vida profesional hay muchos “cuándo” y no tantos “porqués”, cada uno de esos cuándo corresponden a una motivación diferente y cada uno de esos cuándo hacen que la ilusión sea diferente para en cada uno de los aspectos de nuestras vidas.

El punto de atención de la prioridad va cambiando y es donde ponemos el focus lo que hace que para allí vaya nuestra energía. Nuestros propósitos, nuestras intenciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos son ondas de energía. En lo que pensamos, de lo que hablamos y en lo que soñamos despiertos es hacia donde va nuestras ondas energéticas y es en eso en lo que vamos a triunfar y en lo que vamos a poner nuestras esperanzas, ya sea consciente o inconscientemente, por lo tanto, es de ese punto donde enfocamos nuestro propósito, de dónde vendrá la reacción que nos hará que nos crezca el nivel de ilusión. Por qué la ilusión es un acto reactivo a un esfuerzo a una esperanza o un pensamiento. Sin ese esfuerzo, esa esperanza o ese pensamiento no recibe una respuesta o reacción positiva, por lo tanto, la ilusión no se generará, nuestro cerebro tendrá la reacción contraria que es la decepción.

Haremos un recorrido cronológico por la vida de cualquiera de nosotros en sus diferentes etapas profesionales en una empresa propia o de un tercero. Es muy sencillo, cuando entras en una empresa después de la universidad (o pasados los 23, recuerden con iniciativa), todo es emociones, experiencias, sabores inolvidables. Lo que te genera ilusión es conocer gente nueva, hacer nuevos amigos en el entorno de la nueva compañía, hacer planes juntos, empezar a crear un mundo nuevo después de la universidad o de tu etapa juvenil.

Tienes impaciencia para poder comentar con tus amigos de siempre, estas nuevas experiencias. Te ilusiona que tu jefe reconozca tus primeros avances, que hablen bien de ti. Son cosas muy sencillas, pero que en esa etapa, para ti son extraordinariamente ilusionantes. Algo parecido sucede si te decidiste por ser un emprendedor; la respuesta de los primeros clientes, los ánimos de los proveedores, el director del banco donde pediste el crédito, etc. todo se vuelve mágico. Si por el contrario la empresa en la que te has aterrizado, carece de este tipo de atributos, esta energía positiva, enseguida el sueño inicial se desvanecerá. Por eso en esta etapa el focus está puesto en la integración. En el sentido de pertenencia, en el “ser parte de”. De ahí la gran importancia de los planes de acogida de las compañías actualmente. Los veteranos tienen un rol importante en el recibimiento de las personas jóvenes o no tan jóvenes que se integran por primera vez a la compañía y por supuesto una gran responsabilidad en su continuidad en la misma.

Las empresas tienen personalidad propia, pero el carácter se lo dan las personas que lo integran.

Es muy importante aclarar que esta ilusión inicial es muy efímera, porque tu verdadera ilusión está en tu vida personal, la fiesta, los amigos, los viajes… y está perfecto, tampoco en las compañías los responsables nos tenemos que empeñar en que el trabajo en esta primera etapa sea la prioridad de los recién llegados (sobre todo pensando en los jóvenes). Lo importante es que estén contentos en la empresa.

Unos pocos años después esa ilusión inicial de pertenencia va desapareciendo, quizás empiezan a aparecer signos de un ligero aburrimiento, desencanto, un poco de hartazgo. Has entrado en una etapa en la que empiezas a necesitar más, no sabes por qué, pero te encuentras insatisfecho en tu compañía, quizás hasta en tu propia vida. Posiblemente estés en torno a los 30 (un poco más arriba o un poco por debajo).

Quieres ser promocionado, quieres tener responsabilidad, pero al mismo tiempo necesitas reconocimiento, necesitas un nombramiento. Es una etapa difícil. Al mismo tiempo en tu vida personal puede que estén pasando cosas importantes y trascendentes o por lo menos estén a punto de pasar. Puede que tengas pareja o es en la etapa en la que te apetece tenerla, puede que incluso te hayas casado y empieces a hablar de tener una familia. En esta etapa los propósitos personales entran en conflicto con los profesionales tu Focus no está en ninguno de los dos sitios y al mismo tiempo en los dos tienes posibilidades de hacer grandes cosas; tu empresa, pero al mismo tiempo tu vida personal te demanda mucho tiempo porque sabes que en ambas te juegas mucho. En esta etapa no sería el “por qué” ni el “cuándo”, porque ya sabemos en qué etapa estamos sino más bien el qué “¿qué nos ilusiona?” una pregunta bien difícil de contestar, si te promocionan, tu foco se irá hacia la parte profesional, si no te promocionan te refugias en tu familia y no quiere decir que una cosa o la otra sea mejor ni peor, simplemente que tu punto de mira, tu ilusión habrá girado de un sitio hacia el otro o del otro hacia el uno. Si ha sido de la empresa, redoblarás tus esfuerzos por responder o corresponder aquellos que depositaron su confianza en ti, le dedicaras muchas horas, mucho esfuerzo, pero híjole, en esta etapa precisamente ilusionante no suele ser. Es un momento de tu vida con mucho estrés, de mucho trabajo, de muchas horas dedicadas a veces con muchas insatisfacciones, pero las promociones se pagan caras.

En esta etapa en lo que se refiere al aspecto familiar si te da ilusiones porque posiblemente tengas una familia y no hay nada más ilusionante que tus niños, tu esposa tu esposo, aunque estés dedicando mucho tiempo al trabajo tus verdaderas satisfacciones, los verdaderos y auténticos momentos de felicidad, vendrán de ahí, por eso era tan importante el cuándo y ahora el que, no el por qué.

Después de esta segunda etapa viene una tercera etapa, quizás desde el punto de vista profesional, es la más improductiva para ti y para tu empresa o para las empresas en las que trabajes. En esta etapa empiezas a tener cierta solvencia económica. Probablemente tu familia ya está estructurada; tienes uno, dos, tres hijos, seguramente te has comprado una casa mejor, quizás estás pensando en tener un coche de cierto lujo, las vacaciones e incluso una segunda vivienda, empiezan a ser prioridades en tu vida. También empiezan a volver a aparecer los amigos o amigas olvidadas. Quieres recuperar aquellos años que por una u otra razón no disfrutaste antes por causa de tanto trabajo, por la familia, por la falta de dinero, por todo a la vez y tu enfoque no está en el trabajo ni en tu empresa, quizás no te has dado cuenta, pero es así. Aunque quieres demostrarte a ti y a tu entorno que no es así, que sigues siendo un buen profesional y padre o madre de familia, pero tu foco está en una especie de segunda adolescencia, buscando unos años que son irrecuperables y eso es lo único que te ilusiona, el trabajo no.

¿Cuándo?, ¿Cuándo despertarás de esa tercera etapa anodina, improductiva y sin sentido? De repente Un día te das cuenta de que ya tienes más de 40, tus hijos ya empiezan a ser independientes, tu esposa o esposo empieza a “liberarte”, porque no nos engañemos, ya son demasiados años juntos, pero esa etapa de segunda adolescencia no te satisface y sin saberlo por cómo, te das cuenta de que en la empresa sigues teniendo un nombre/mujer con un cierto prestigio, experiencia y edad. Vuelve la ilusión por volver a crecer dentro de la compañía si sabes jugar bien tus cartas, no solo estarás ilusionado, sino que además obtendrás suculentos beneficios de esa ilusión. Eres una persona relevante en la compañía, conoces el funcionamiento de esta, sus secretos, sus maneras, sus vicios y ya ha llegado la hora de poner todo eso al servicio de tu crecimiento. Tus ondas energéticas no están distorsionadas por las cosas que te desenfocan en tus etapas anteriores; los niños, la casa, el coche, el dinero no requieren tanta dedicación. Tu energía es íntegra para tu trabajo que además de proporcionarte posición se convierte en un propósito. No hay nada más fuerte que un propósito claro.

La compañía se puede beneficiar mucho de ti, pero tú mucho más de la compañía. Tienes tiempo, nadie te está esperando en casa, por lo menos no temprano, no hay que hacer tareas con los niños, no hay que cambiar pañales, no hay que ir al súper tu esposa está entretenida con las amigas o tu esposo está trabajando o con los amigos y créeme tú no eres su prioridad ni él o ella la tuya. Te enfocas en el trabajo como nunca antes lo habías hecho, te conviertes en un auténtico Superman en la empresa y si no tienes miedo a volar, te aseguro que puedes llegar muy alto y eso es la verdadera ilusión por el trabajo, ese es el momento o la etapa más productiva en tu carrera profesional. Por eso no sé por qué, es cuando.


Comparte en tus redes sociales