Por: Ninfa Salinas Sada
Presidenta del Consejo Directivo de Fundación Azteca y Presidenta de Grupo Dragón
GRUPO DRAGÓN
“Todos podemos ser agentes de cambio si entendemos que todo gira en torno a la mentalidad que tenemos, a la forma en que enfrentamos y provocamos el cambio”
¿Qué te hace pensar que haciendo lo mismo vas a obtener un resultado diferente? – Albert Einstein.
Estamos viviendo uno de los momentos históricos más importantes y sin precedentes en las últimas décadas. El COVID ha retado nuestras capacidades, nuestra fuerza y carácter en todos los aspectos pensados. Nos ha obligado a centrar nuestra atención en nuevos procesos y soluciones. Pero también, nos ha dejado una gran lección sobre la cual vale la pena reflexionar, la importancia del poder del cambio.
El cambio, sin duda, es un concepto complejo, porque implica en sí mismo incertidumbre. Las crisis, por su naturaleza, son una fuerza disruptiva que provoca cambios, que nos confronta e indica que las reglas del juego ya no funcionan como antes y que hay que escribir nuevas.
Y si algo he aprendido en el andar de la vida empresarial, política y de acción social, sobre todo en esta época, es que podemos tomar dos actitudes alrededor del cambio: la de la parálisis y el miedo; o, la de adueñarnos de las acciones, decisiones y carácter suficientes para hacer de él una fuerza transformadora.
A todas aquellas personas que optan por la segunda opción, yo les llamo agentes de cambio. Un agente de cambio se apropia del poder del cambio actuando, asumiendo liderazgo, saliéndose de la caja con innovación y creatividad, así como canalizando su inconformidad para aportar soluciones.
La historia nos ha enseñado que el mundo lo transforman este tipo de personas. Son esos inconformes que, con grandes ideas logran hacer del cambio una oportunidad. Esos Steve Jobs, Jeff Bezos, Larry Page del mundo tienen algo en común y es que se atrevieron a pensar diferente, tomaron su oportunidad y cambiaron las reglas.
Quiero compartirles que en los últimos años me he dedicado a impulsar un modelo educativo en Fundación Azteca de Grupo Salinas a través de un programa que llamamos Plantel Azteca. Este programa está enfocado a niños talentosos de secundaria y bachillerato de bajos recursos, y se trata de una escuela que desde luego tiene excelencia académica, ambientes digitales, pero que su objetivo central está en trabajar con la mentalidad de estos chicos para despertar en ellos la curiosidad, la innovación, la creatividad y el emprendedurismo.
Nos dimos cuenta de que en la educación no basta con tener buenas calificaciones y disciplina, sino que hay que trabajar en aquellos aspectos que casi nunca te enseñan en la escuela. Me refiero a desarrollar la autoestima, el carácter, la resiliencia y la empatía. Cada uno de ellos son aspectos fundamentales que ayudan a tomar decisiones, a asumir riesgos, a trabajar en equipo y sobre todo a adaptarse al cambio para triunfar.
Y no solo eso, sino también cultivamos en ellos temas como la defensa de la libertad, del estado de derecho, la ciudadanía, y el arte. Estamos convencidos de que todos estos ingredientes son la base no solo para lograr el éxito en la vida, sino también el eje primordial de la prosperidad de nuestras comunidades.
Al día de hoy, ese programa tiene más de 12 mil egresados y estamos presentes en 6 estados de la República, próximamente tendremos 11 planteles funcionando. En los siguientes tres años lograremos impactar a más de 10 mil niños más. Y lo que más me gusta resaltar de nuestros resultados, más allá de las grandes estadísticas o numeralia que tenemos, es cómo estos muchachos logran superarse a sí mismos y se vuelven dueños de su propio futuro. Solo esas personas autorrealizadas son capaces de voltear hacia lo que tienen a su alrededor para transformarlo.
Hoy tenemos chicos que obtienen el 100% de becas en las mejores universidades de México, que han estudiado en Harvard y otras grandes universidades, que trabajan en empresas de gran relevancia a nivel internacional, que tienen sus propios negocios y son buenos profesionistas. Estos jóvenes han dado un salto en su vida, han roto el destino social que les esperaba y tomaron el control de lo que podían lograr.
Pensar en el impacto económico y social que pueden lograr más de este tipo de estudiantes y cómo pueden contagiar a más y más gente en todo México, es lo que me hace levantarme todos los días. Es el motor que más me motiva, y es porque simboliza cómo tomar acción para hacer la diferencia.
Lo que deja en evidencia el Plantel Azteca es precisamente el ejemplo de lo que el cambio puede y debe ser. No importa si eres joven o viejo, hombre o mujer, si eres empresario o ama de casa, todos podemos ser agentes de cambio si entendemos que todo gira en torno a la mentalidad que tenemos, a la forma en que enfrentamos y provocamos el cambio.
En México tenemos mucho potencial, somos un país solidario, tenemos mucha creatividad, y gente muy trabajadora y capaz. Me parece que tenemos la gran oportunidad de romper paradigmas para llegar más lejos. Desafortunadamente nos falta atrevernos a dar ese paso y asumir el reto, debemos pasar de la queja a la acción, a exigir con acciones lo que queremos. Y creo que la voz de este país tiene que venir de lo que cada uno de nosotros hacemos día a día desde nuestras trincheras.
Peter Drucker decía que “la cultura se desayuna a la estrategia”, y es allí donde debemos de trabajar, en la mentalidad que tenemos y en la forma en que hacemos las cosas, hay que transitar hacia una nueva cultura en la que abracemos al cambio y seamos capaces de hacer de lo bueno algo extraordinario.
Antes de finalizar me gustaría compartir con ustedes los tres puntos de lo que considero que implica tomar el control del poder del cambio:
- Te vuelves dueño de tu éxito. No sólo eres capaz de definir lo que ocurre en tu propia vida y hasta a dónde deseas llegar, sino también transformas la vida de quienes te rodean, aportas valor a tu entorno.
- Te atreves a pensar diferente. Aportas alternativas y soluciones a los problemas, es decir, te conviertes en un innovador.
- Te conviertes en un líder. Porque asumes liderazgo y compromiso para participar, pero también para sumar a más gente.
Los invito a que hagamos que las cosas sucedan, a ser agentes de cambio para transformar nuestro entorno. ¡Atrevámonos a que este sea un México mejor!