Por: Ilan Cohen
CEO
BINDIVA
“El storytelling es una herramienta sumamente poderosa para generar vínculos y conectar con nuestras audiencias.”
Ante un contexto tan complejo por la pandemia de COVID-19 que envolvió al mundo y cambió muchos paradigmas en las diferentes industrias, llegamos a un momento de reflexión en el que contar historias es fundamental para sobrevivir, impactar, comunicar, alinear y perdurar.
El storytelling existe desde que el Homo sapiens se diferenció de su primo, el neandertal, por lo que es la herramienta más poderosa del lenguaje, nos permite crear ficciones y conectar a muchos individuos con un propósito específico; por medio del relato se construyen imperios.
El lenguaje y la comunicación hoy requieren un entendimiento sumamente profundo de los medios y de los canales; a través de las distintas redes sociales, cualquier persona está empoderada para contar una historia y que esta pueda propagarse exponencialmente en las mentes de las personas. Sin embargo, al existir una enorme saturación y variedad de contenidos, las historias deben de estar sólidamente fundamentadas y contadas en el tono, forma y estilos correctos para lograr este efecto.
Como líderes de empresas, nos encontramos ante el enorme reto de un contexto sumamente complejo, cambiante e incierto, es nuestra responsabilidad mantener un sentido de unidad y de coherencia en nuestras empresas u organizaciones manteniendo sólido nuestro propósito y valores, además de permearlos con nuestros stakeholders y nuestra cadena de valor. Por eso, el storytelling es una herramienta fundamental que permite que el flujo de comunicación e impacto sea mucho mayor y más efectivo, además de la adecuada construcción de mensajes clave que se plasman en los diferentes momentos de la historia.
El fondo del mensaje es el que revela nuestra esencia, del que se desprenden todas las historias que contamos y con las cuales nos conectamos con nuestras audiencias, de modo que, al tener claridad en nuestro propósito, podemos alcanzar la coherencia entre las historias y los mensajes que contamos, plasmando el tono y la forma que nos hace únicos.
La vertical de coherencia en una historia es directamente proporcional a la forma y fondo de la misma, esta es la prueba de la coherencia, a partir de ahí la comunicación fluye y se materializa a través de medios y canales que difundirán la historia, en formas diferentes, puede ser a través de una persona (influencer o un líder de opinión), un video, unas fotografías, un artículo, etc.
Trabajar desde la comunicación estratégica nos permite que todas nuestras acciones cumplan objetivos de forma y fondo, de manera que, en cada una de las herramientas, debe de estar definido el efecto que queremos causar para que primero la esencia, luego el mensaje, luego la historia y el canal utilizado funcionen en absoluta concordancia.
Recordemos también los diferentes perfiles en función la receptividad de cada persona, de hecho, existen distintas teorías y clasificaciones, algunas por números, otras por colores, otras por sistemas y áreas del cerebro que utilizamos, pero para fines de este artículo utilizaré la clasificación de Hartman que nos permitirá identificar mejor a estos arquetipos:
- Rojos: Quienes pertenecen al grupo rojo, buscan llevar a cabo sus proyectos y de la mejor forma posible. Usan la lógica y son realmente determinados, por lo que suelen terminar lo que empiezan. Son asertivos, disciplinados, proactivos y responsables. Saben ser líderes y dominar las acciones. Los rojos siempre creen tener la razón y pueden ser duros o demasiado críticos con los demás. Su personalidad es controladora y muy dominante.”
A los rojos hay que hablarles con un lenguaje concreto, preciso y que evoque a la acción, con argumentos contundentes, datos, cifras y fundamentos que expliquen el mensaje y su razón de ser.
- Azules: Los azules buscan hacer el bien, buscan la perfección y pueden ser algo desconfiados. Son complejos, intuitivos y muy leales.
Son muy emocionales, comprometidos y creativos, siempre buscando ser lo mejor posible. Pese a eso, son increíblemente controladores, suelen juzgar al resto y les cuesta mucho perdonar.Los azules buscan que el resto les comprenda, desean ser queridos y aceptados.
A los azules hay que hablarles desde la equidad y la justicia, manejando argumentos intuitivos y estructurados, también los mensajes que evocan a las emociones suelen ser efectivos, aunque tienen que estar correctamente planteados y estructurados.
- Blancos: Buscan la paz y hacen todo lo que está en su poder para evitar confrontaciones. No piden mucho, solo lo necesario para sentirse cómodos por dentro. Son amables, considerados, pacientes y pueden construir relaciones desde cero.
Al buscar evadir lo malo, los blancos son tímidos y rara vez expresan lo que sienten, escapando de cualquier conflicto. No tienen metas propias, sino que trabajan en las del resto.
A los blancos hay que hablarles desde el confort, la amabilidad, el bienestar y el equilibrio, con mensajes y argumentos emocionales que evoquen un estado mental de paz y tranquilidad.
- Amarillos: Viven para divertirse y disfrutar, se llevan por el deseo de pasarla bien y por ello están llenos de entusiasmo y espontaneidad.
Si bien son amistosos, también están muy centrados en sí mismos y, las relaciones que forman se quedan en lo superficial, ya que pese a tener muchos amigos, les cuesta mucho profundizar.”
A los amarillos hay que hablarles desde la sorpresa, conectar con ellos implica lograr el efecto wow, la diversión, el vivir el momento, las experiencias visuales, etc.
Ahora que hemos definido a estos perfiles, en una estrategia de comunicación efectiva basada en el storytelling, se recomienda utilizar un mix de contenidos que permitan impactar a cada una de estas personalidades, por eso la selección de canales es sumamente importante para dar el mejor uso de cada uno, y de esta forma lograr mensajes en diferentes lenguajes que sean capaces de impactar a cada uno de estos arquetipos.
Recordemos que cada cabeza es un mundo y cada persona es única, sin embargo, los arquetipos y los patrones de identificación existen para dar sentido a través de las categorías que cada quién apropia como suyas, es por eso que debemos de tomar en cuenta en esta construcción no dejar fuera ninguna categoría de la personalidad, y de este modo lograremos una identificación más profunda con las audiencias.
En resumen, debemos de:
- Llevar un storytelling acorde a nuestra esencia y nuestro propósito, que vaya acorde con nuestros valores, que mantenga una vertical de coherencia con fundamentos sólidos y estructurados
- Manejar un mix de comunicación entre diferentes canales, medios y mensajes, manteniendo un storytelling unificado, ya sea de la marca, la institución o la persona, siempre tomando en cuenta los arquetipos de la personalidad en nuestro mix.
- Utilizar la comunicación estratégica para difundir los mensajes clave en cada uno de los canales, utilizando la forma correcta para que estos sean nuestros portavoces para posicionar estos mensajes a través de las historias.
- Medir constantemente la efectividad de esta vertical y mantener una mejora continua basada en datos que respalden cualquier acción, siempre manteniéndonos fieles a nuestra esencia y propósito.
Espero que te haya gustado leer este artículo tanto como disfruté escribirlo, por favor no dejes de escribirme con tus comentarios a: ilanc@bindiva.com