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Por: Luis Aguirre Briseño

SOCIO DIRECTOR

FILA

La forma tradicional y más común de participar en este mundo, ya sea en el ámbito laboral, familiar y en la comunidad en general, tiene un enfoque individualista o con una visión derrocadora, que tiende a buscar el destacar sobre los demás.

Como persona, queremos ser la mejor, como empleados buscamos ser los más o el más destacado, las empresas buscan ser las líderes, los restaurantes compiten por llegar lo más adelante en la lista de los mejores del mundo, los países buscan tener los mejores niveles de cualquier indicador dependiendo de su naturaleza.

Esta cultura de la competencia y del tratar de ser mejor que los demás puede ser benéfica para algunos pero sin duda perjudicial para otros, un corredor en un maratón (hablando de un amateur) podría autodestruirse si se enfoca en ganarle a otro corredor que tiene un nivel diferente al suyo, podría reventar en la carrera al competir con alguien que tiene un nivel muy superior o bien podría tener un muy mal desempeño al competir con alguien con un nivel inferior, es por ello que un corredor de maratón se reta para superarse a sí mismo en romper su propio récord, en mejorar su desempeño, lo que más le ayudaría es tomar lo bueno que hacen otros corredores para adaptarlo a su performance.

¿Por qué tenemos que enfocarnos en superar a los demás? ¿Por qué nuestras empresas tienen que ser por fuerza las líderes del mercado, porqué tenemos que ganar sí o sí en todo lo que hacemos? Por supuesto que, en las competencias deportivas profesionales, o concursos de cualquier tipo hay que buscar ganar, no sería inspirador participar para quedar en el último lugar o participar de forma mediocre, pero en la vida personal y profesional hay metas que por no encaminarlas a un objetivo claro y orientado a la superación de la persona misma o de la mejora de una organización acaban dependiendo de que otras personas u organizaciones hagan mal las cosas para lograr sus objetivos, generando que gran parte de su tiempo se dediquen en ver como al otro no le va bien.

Nosotros como personas y nuestras organizaciones hemos vivido experiencias que nos llenan de aprendizaje, pero no hemos logrado aprender todo, de la misma forma les pasa a otros seres humanos y a otras organizaciones, ¿si esto lo tenemos claro por qué no aprovechar lo que otros han aprendido aportando el conocimiento que hemos adquirido, es necesario tropezar con la misma piedra o recorrer lo que otros han recorrido para entender y obtener el conocimiento que nos haga mejorar?

Si buscamos el significado de la palabra ¨reciprocidad¨ encontraremos lo siguiente:

  • ¨Correspondencia mutua de una persona o cosa con otra¨. (1.)
  • ¨Es la acción que motiva a corresponder de forma mutua a una persona o cosa con otra, dar y recibir con límites, ejemplo cuando una persona ayuda a otra, luego recibirá lo mismo de su parte como compensación o agradecimiento¨. (2.)

Un ejemplo de cultura o forma de trabajo que tengo muy presente es de un gran empresario mexicano, en sus decisiones más importantes se acercaba a otros empresarios que podrían ser colegas o sus proveedores, hacia una ronda de visitas para preguntar sus opiniones y pedir consejos, con un promedio de cinco consultas tomaba las decisiones que en su gran mayoría eran muy exitosas. Su crecimiento ha sido exponencial y muy exitoso, no busca ser el mejor, simplemente busca crecer y mejorar siempre, su meta es duplicar su tamaño cada cinco años, si eso le da para ser mejor o el número uno será un tema secundario. Este mismo empresario siempre deja las puertas abiertas de su compañía para que sus colegas, proveedores y organizaciones de su comunidad conozcan, aprendan y tomen ideas de lo que él hace, de la misma forma siempre está abierto a dar consejos y opiniones personalmente, me parece un ejemplo muy claro de aplicar la reciprocidad.

Los dichos populares tienen una gran sabiduría, el dicho ¨hacer el bien sin mirar a quien¨ tiene una gran profundidad y habla de dar sin esperar nada a cambio, aunque sabemos que siempre que damos tarde o temprano recibiremos algo, un ejemplo claro es este libro en el que todos aportamos tiempo, experiencias y recursos con el simple hecho de aportar a los estudiantes, pero ganamos una gran satisfacción por hacerlo.

Pero ¿Cómo aplicar la reciprocidad a una estrategia como persona y en el ámbito profesional?

A continuación, expongo algunas ideas (todas las acciones van en dos vías, asegúrate de tú ofrecer más de lo que recibes y de dar el primer paso):

1. Persona:

  • Desarrollo de segundas generaciones: Fungir como mentor de nuevas generaciones, hacer un plan de trabajo con sesiones periódicas para hijos de amigos, clientes o proveedores.
  • Apoyo a la comunidad: Colaborar en asociaciones de colonos, mesas directivas de clubes, asociaciones de padres de familia de entidades educativas, filantropía, organizaciones con enfoque a apoyo a la educación de comunidades marginadas, organizaciones religiosas para fomentar la espiritualidad.
  • Salud y deporte: Participar en grupos de apoyo para mejorar el desempeño deportivo en cualquier disciplina, grupos recreativos y de fomento a la salud.

2. Profesional:

  • Fomento de cultura innovadora: Participar en organizaciones de fomento al desarrollo empresarial, alianzas de ayuda mutua para crecer como profesional, escaladoras de empresas.
  • Crecimiento en ventas: Alianzas con compañías que se enfoquen a clientes similares, con las que logremos complementar nuestra oferta de valor.
  • Ahorro en costos: Compras y adquisición de productos y servicios en conjunto con otras organizaciones.

He mencionado solo seis ideas, tres para la parte personal y tres para la profesional, puede haber veinte o más en cada rubro, la clave es siempre primero dar y tener la cultura de ayuda. Por otro lado, siempre hay gente con la apertura de aportar ideas, hay también organizaciones con programas de apoyo a la comunidad, que fomentan el desarrollo profesional, que invierten en escalamiento de empresas, acercarnos a las personas con apertura y a este tipo de organizaciones les da la oportunidad de aportarnos, a su vez nosotros podemos aportar para hacer realidad la reciprocidad que genere beneficios para todos.

Hoy en día hay organizaciones con y sin fin de lucro que hacen alianzas con otras, inclusive con sus competidores para compartir tecnología, experiencias, buenas prácticas, las empresas modernas y con visión ya no se preocupan por destruir a la competencia, se preocupan por desarrollarse, por ser mejores y por desarrollar todo un ecosistema, a correr contra ellos mismos sin perder el tiempo en que a otros les vaya mal para que a los les vaya bien, esta idea en aplicada a la persona es, creo yo, una forma muy sana de crecer y de desarrollarse como ser humano.

Hacer alianzas nos Ayuda a ayudar, ayuda a dejar que los demás nos Apoyen encontrando Alivio y soluciones a problemas que otros ya saben cómo solucionar, ¡qué mejor Atajo que la reciprocidad, que es sin duda un póker de A´s donde nadie pierde, ¡a jugar se ha dicho!

1. Real academia española.
2. Significados.com


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