Por: Gustav Juul
CEO
AIM GROUP
Si alguna vez tuviste que superar una crisis importante en tu vida, serás consciente del poder que tuvo el propósito cuando necesitaste usar esas reservas de energía, valentía y determinación que probablemente ni sabías que tenías. Ese poder de mover montañas, que solo logras cuando tienes un claro sentido de propósito, es el que te permite concentrar tus esfuerzos en lo que quieres lograr, asumir riesgos y avanzar sin importar los obstáculos.
A diferencia de los animales, los humanos buscamos algo más que solo sobrevivir, por lo que es parte de nuestro proceso de maduración, al menos tener una noción básica de ¿Por qué estoy aquí? y ¿Qué quiero lograr? Sin no lo tuviéramos, tras nuestro primer “tropiezo”, rápidamente podríamos caer en la desilusión o sensación de desesperación.
El aumento alarmante en las tasas de abuso de drogas y alcohol, depresión y suicidio, junto con la creciente dependencia de los medicamentos antidepresivos, parece indicar que a cada vez más personas les falta precisamente eso; un propósito. Del mismo modo, cuando analizamos las estadísticas de compromiso de los empleados, apunta a una crisis de falta de propósito y significado en la vida, a una escala sin precedente. Dado que hoy somos comparativamente más ricos que en cualquier otro momento de la historia, existe claramente una marcada diferencia entre el “bienestar” y el “estar bien”
Para mí, conocer tu propósito es el primer paso que uno debe dar para descubrir cual seria un objetivo congruente con plan de vida, que te vaya a entusiasmar y permitir que disfrutes, en lugar de solo sobrevivir. De hecho, solo cuando conozcas tu “propósito” podrás encontrar el valor suficiente para asumir los riesgos necesarios para salir adelante, mantenerte motivado cuando enfrentas retos importantes y dirigir tu vida hacia metas más desafiante. ¿Si no porque te esforzarías?
El propósito y el éxito
Preséntame una persona exitosa y te presentaré una persona con propósito. En cuanto a esta edición del libro “Pinceladas de 100 líderes empresariales” como en las anteriores, hay cientos de ejemplos de personas que nos comparten sus experiencias y vivencias de precisamente eso. Nos comparten en sus textos como lograron superar momentos difíciles en su carreras profesionales. Todos tienen algo en común. Su propósito les permitió atreverse a asumir riesgos y enfrentar todo tipo de obstáculos para lograr su sueño.
Cuando yo me enfrento a una temporada difícil me gusta recordar algunos de los siguientes ejemplos. El sonido de los Beatles no les pareció comercial a muchas productoras. Steve Jobs fue despedido de Apple a los 30. Henry Ford fracaso en tres otros negocios antes de triunfar con Ford Motor Company a los 53. ¿Recuerdan como le fue a Bill Gates con Traf-O-Data? Oprah Winfrey fue despedida por “no ser apta” para la televisión. Coronel Sanders (KFC) no logro venderle un solo pollo a los más de 1000 restaurantes que visitó. La obra de J.K. Rowling “Harry Potter” fue rechazada por 12 editoriales. Walt Disney fue despedido por falta de imaginación. Lo que fue, que al final lograron convertirse en las personas por la cual se les conoce hoy en día, fue que tuvieron propósito.
Inmediatez de la satisfacción
Hoy en día parece que muchos creen que se tarda dos o tres meses en llegar al estrellato y si se tarda más, no vale la pena. Por mi parte, como padre, esposo, empresario e inversionista en muchos proyectos, les comparto una frase que me gusta mucho: “Roma no fue construida en un día, pero estaban poniendo ladrillos todos los días”. Educar a un niño así como crear una empresa, lleva tiempo, a veces años a veces décadas. Y aunque es bueno mantener la perspectiva de la meta final, creo que es igual de importante recordar la otra parte de la moneda, “poner ladrillos todos los días”.
Si bien no hay nada espectacular, impresionante o emocionante pensar en que vas a tener que colocar ladrillos todos los días, año tras año, para lograr lo que quieres y nadie te va a aplaudir por ello, así es como se construye un imperio. Se hace paso a paso, mejorando y creciendo un poco cada día y con un propósito claro, porque sin propósito ¿Quién aguantaría?
No es una formula única
Aunque no haya un camino único para descubrir el propósito de tu vida, hay muchas maneras en que puedes lograr conocerte mejor a ti mismo y lograr una perspectiva más amplia de lo que tienes para ofrecerle al mundo. Como escribí hace años en mi articulo de “Pasión por lo que haces” el “trabajo de tu vida” se encuentra en la intersección de tu pasión, habilidad y valor comercial.
1. Pasión: ¿Qué te hace sentirte vivo?
La palabra inspirar proviene del latín, que significa “respirar la vida”. Por lo tanto, cuando trabajas para lograr cosas que te inspiran, literalmente te hace sentir más vivo. Esto no se refiere momentos especiales como unas vacaciones o ver un partido de fútbol, sino algo que te haga sentir vivo todos los días de tu vida, que te apasiona, que absorbe tu atención y que estas dispuesto a sacrificar muchas otras cosas para seguir haciéndolo.
No hace falta que tu decisión sea erradicar el hambre, resolver los problemas energéticos del mundo o curar el cáncer, aunque si te lo propones, podrás cada día colocar “tu ladrillo” para que se logre. En el fondo, se trata de empezar, dar un pasito, luego otro y seguir haciéndolo , siendo congruente con quién eres y lo que realmente te importa.
2. Habilidad: ¿Cuáles son tus fortalezas innatas?
Cuando las personas están en su elemento, no solo son más productivas, sino que agregan más valor y disfrutan de una mayor satisfacción personal y profesional. En consecuencia, también es a menudo donde tienden a ganar más dinero.
¿En qué cosas siempre has sido bueno? ¿Ves oportunidades en medio de la complejidad? ¿Eres creativo, naturalmente experto en encontrar soluciones “fuera de la caja”? ¿Eres naturalmente bueno en la ejecución de proyectos con una precisión que algunos consideran tediosa? o ¿Eres un comunicador, tecnócrata, diplomático, networker, líder o agente de cambio dotado naturalmente? Por supuesto, puedes ser un apasionado de las cosas para las que no tienes ningún talento natural y talentoso para las cosas por las que no tienes ninguna pasión. Sin embargo, la experiencia me ha demostrado que rara vez aspiramos a ambiciones que no tenemos talento natural para lograr.
3. Valor: ¿Dónde agrega el mayor valor?
Cuando damos Coaching, nos encontramos con personas que han perdido su propósito y que por eso no se encuentran bien donde están, tienen conflictos y dificultad de trabajar en equipo, han perdido su enfoque y no están logrando lo que quieren. Ciertamente, estar en un trabajo que no te gusta, aunque seas bueno en lo que haces, no es el camino hacia la realización personal, pero tampoco lo es hacer algo que a nadie más le guste lo que haces.
Una buena parte de la felicidad parte del reconocimiento que otros te dan por el trabajo que haces. ¿Realmente les gusta lo que estas haciendo a tus “consumidores”? ¿Tienes “fans”? Si no posiblemente no haga falta que cambies lo que te apasiona hacer y en lo que tienes habilidad para hacer, pero solo haga falta “cambiar un poco la receta” para que guste a otros lo que haces y que tengas éxito.
Conclusión
Decidir cómo quieres recordar tu vida, para mi la clave del propósito. En definitiva, vivir con un propósito significa enfocarse en las cosas que más importan. Irónicamente, las cosas que más importan rara vez son “cosas”.
Muchos ponen la excusa por no perseguir sus sueños y pasiones por falta de dinero, compromisos familiares y presión social y es valido… a corto plazo, pero cumplir con los compromisos que hemos adquirido y al mismo tiempo perseguir lo que te dicta tu corazón, no tiene porque ser mutuamente excluyente.
Al cambiar tu “camino” e ir acercándote a lo que te hace feliz, en lo que eres bueno y en lo que aportas valor, puedes cambiar profundamente su experiencia de vida. No importa cuál sea tu trabajo, puede extraer significado de él y encontrar un mayor propósito a través de cómo hace lo que hace. Si estas en una situación en la que no estas cómodo contigo mismo, porque lo estarían otros contigo. Reflexiona, crea auto-conciencia y ves acercándote poco a poco la persona que sabes que puedes ser. Cuando tienes tu propósito claro hay poco que no puedas hacer.