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Por: Maria del Carmen Bernal

EXPERTA Y REFERENTE EN DIVERSIDAD & INCLUSION

MAREA CONSULTING

¡Ya no somos los mismos…el cambio depende de mi!”

– Carta del COVID-19 a los líderes.

En febrero del 2020 el mundo se pasmó. Todos sin excepción de edad, género, nacionalidad, status, religión, cultura, profesión, estudios nos vimos inmersos en una crisis como ninguna otra en los últimos tiempos. En un par de meses, el mundo se detenía por completo, tenía que frenar en seco todas las actividades personales y profesionales para confinarnos en nuestras casas y evitar que un personaje hasta entonces desconocido hiciera de las suyas, minando nuestra salud y la de nuestra familia. Parecía increíble que todo lo que se movía a un ritmo y a una velocidad imparables, ahora se detenía y por tiempo indefinido. Dejamos de vernos físicamente para empezar a vernos de otra manera, hacia adentro. El mundo ya no era el mismo, y nosotros tampoco.

En el mes de abril trabajando en casa, recibí una carta, venía dirigida a todos los líderes, tenía como fecha solamente el año 2020 y la firmaba ese personaje del que tanto se hablaba en todos lados: COVID-19. Mi primera reacción fue de miedo, sorpresa, negación y un cierto escepticismo. La emotividad me susurró al oído que por protección mejor dejara la carta en un cajón, y siguiera adelante como si nada hubiera pasado. Guardé la carta, mi cabeza estaba saturada de información, ya no quería enterarme de más cosas y el nombre de COVID-19 ya me tenía un poco cansada. Pasé varias noches preguntándome ¿qué diría la famosa carta? ¿porqué estaba dirigida a los líderes? ¿por qué venía mi nombre en el sobre? ¿qué es lo que quería conmigo esa tal COVID-19? ¿con mi familia? ¿con mi trabajo? ¿con mi país? ¿no le bastaba con lo que estaba generado en todo el mundo? Los días transcurrían con lentitud, y el confinamiento seguía haciendo de las suyas. Las dimensiones del espacio y del tiempo cambiaron tanto, que perdí la noción del día en el que me encontraba. Sin embargo, la curiosidad no me dejaba en paz y un día, me armé de valor, escuché mi voz interior, saqué la dichosa carta del cajón y me dispuse a leerla.

Ciudad de México, 2020.

Querid@s líderes:

Seguramente cuando leas esta carta estarás viviendo momentos de incertidumbre, incomodidad, desconcierto y cambio. ¡Bien por ti!, de eso se trata, aunque sea difícil de aceptar y sobrellevar esta crisis te retará y despertará en tu persona pensamientos, sentimientos y acciones que te ayudarán a ser mejor. Sí, leíste bien, serás mejor… Te lo aseguro.

Me llamo SARS-CoV-2…pero prefieren llamarme COVID-19. Nací en el 2019 en tierras asiáticas, en China para ser más exacto. En Marzo del 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) me presentó al mundo como una Pandemia. Las organizaciones más importantes de salud pública del mundo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) han enfocado todos sus esfuerzos en estudiarme para que me conozcas y sepas cómo manejarme.

Asímismo, como te habrás dado cuenta en las redes sociales abunda información sobre mi, yo creo que nunca antes un fenómeno como el que yo soy, había aparecido tantas veces y de formas tan distintas en los medios de comunicación. Solo quiero recomendate algo, no te infoxiques, ni te creas todo lo que te dicen, muchas cosas no son verdad, y están generando confusión, por ello, busca fuentes veraces que te permitan tener un buen acercamiento conmigo y tomar las mejores decisiones.

Sin más rodeos y para no abrumarte más de lo que ya estás, me iré directamente al para qué vine en este momento a convivir tan estrechamente contigo. Te va a parecer extraño, pero tengo una misión que cumplir, necesito compartirte un mensaje “personal” que te haga pensar y te incite al cambio. Pongo énfasis en que es personal, porque para cada uno de los líderes que lea esta carta, le dará un significado diferente. No será fácil, lo sé, habrá muchas pérdidas, dolor y algunos se sentirán rebasados y confundidos por mi presencia. El reto consistirá en qué hara cada uno para desarrollar un nuevo estilo de vida, recobrar su sentido de humanidad y descifrar ese “mensaje personal.”

He preparado algunas pautas que te ayudarán a entender el contenido del mensaje, te recomiendo buscar un tiempo y un espacio para la reflexión, la auto conexión y la autoconciencia para que cuando las leas y medites, realices un plan de acción que te ayude a vivir de manera diferente. Te recuerdo que no encontraras respuestas efectivas ni planes predefinidos. Todo está por hacer. Lo importante, no es regresar a febrero del 2020, esta idea de “regreso” más te vale que la dejes ir, porque si te apegas a ella sufrirás todavía más. Acéptalo las viejas formas no volverán. Trata de desapegarte de todo aquello que te impida ver esta crisis como una experiencia que está escrita en la historia de tu vida, en donde quien hará la diferencia positiva serás tú.

Recomenzar y reinventarte, aprender a desaprender, salir de tu zona de complascencia son aspectos imprescindibles si quieres adaptarte a esta nueva situación. No soy yo COVID-19 quien tiene las respuestas y soluciones a lo que está pasando en tu vida, eres tú quien para acelerar el camino hacia la recuperación necesitará un espíritu de propósito, de calma deliberada y de trabajo colaborativo y solidario para construir un futuro que hoy se ve incierto, pero con esfuerzo y paciencia hará del cambio una realidad.

Pautas para entender el “mensaje personal”:

1.-En una crisis, los líderes deben procesar continuamente grandes cantidades de información compleja, puntos de vista contradictorios y emociones fuertes. Esto requiere conciencia de lo que sucede en el mundo exterior (hechos sobre el terreno) y en el mundo interior (cuerpo y mente) para buscar un equilibrio entre lo que funcionó antes y lo que se necesita ahora. Escucha tu interior y ve más allá de lo que aparece a primera vista. No tengas miedo de superar aquellas barreras cognitivas y afectivas que te impiden comprender las causas y el para qué de esta crisis. El pasado ya no se puede cambiar, pero si podemos incidir en cómo lo percibimos y cómo miramos hacia el futuro. Aumenta tu capacidad de respuesta ante la realidad, la que es, así te adaptarás más fácilmente.

2.-Pasa de la anestesia a la vida. Es humano reaccionar impulsivamente a eventos estresantes, y a veces podemos sentirnos avergonzados, culpables o cegados por esas reacciones. Reconoce que eres un ser humano y tendrás días buenos y otros más complejos. En estos momentos, es importante que los líderes pongan énfasis en el cuidado y la autocompasión, tanto de sí mismos como de los demás. Necesitas de la empatía para no menospreciar el dolor del otro si tú no lo sientes de la misma forma. Las percepciones y necesidades son distintas, y no todos los líderes van en el mismo barco, aunque esten bajo la misma tormenta. La capacidad de ser empátic@ ayudará a que cada una de las personas que dependen de ti en cualquiera de los ámbitos de la vida, sepan navegar su barco y capear la tormenta a su manera. Deja de lado la autocrítica, los prejuicios y el perfeccionismo, no te servirán para poder conectarte con las intenciones y propósito centrales del “mensaje personal”. No es el momento de ser dogmátic@. Lo que más ayuda a resistir es la flexibilidad, tener confianza en sí mism@ y fortalecer la red afectiva de familiares y amigos.

3.-¿Habías escuchado el concepto optimismo limitado?, es novedoso y surge de los valores auténticos y la confianza en las capacidades de las personas. Es la unión de confianza y realismo. Es un optimismo con sentido, en donde la creación de significado, permitirá que tú y los demás avancen y recuerden que los tiempos díficiles y las largas horas de trabajo tienen un propósito. El significado genera confianza, eficacia y resistencia, pero también puede servir como un bálsamo si el resultado no es lo que se esperaba, porque el esfuerzo en sí mismo es honorable. Necesitas liderar con optimismo limitado.No te sientas responsable del mundo, habrá cambios profundos y personas que se quedarán en el lugar en el que las encontré. La vida se reanuda después de un desastre, basta mirar la historia de la humanidad es una constante transformación de desgracias en experiencias.

4.-Sé parte de la solución, no sumes más problemas de los que ya existen. Contribuye con tu actitud a crear un ambiente de seguridad psicológica que transforme el clima emocional de tensión, temor, desconfianza e incertidumbre en un espacio en el que tod@s se sientan unid@s frente a la crisis y puedan expresarse libremente. Un verdadero sentimiento de inclusión, confianza y pertenencia es imprescindible para la conformación de la “nueva normalidad”. Si promueves este ambiente, siendo tú un@ líder incluyente, aumentará el compromiso de las personas y sin darte cuenta, tu presencia fortalecerá su salud mental.L@s líderes están en una posición privilegiada y única para encender la esperanza y la conformación de lo que será una organización futura. Invertir tu tiempo en estos momentos para sembrar las semillas de lo que será un mejor futuro, será sin duda una de las mejores inversiones que podrás hacer.

Escucha a la gente, recoge sus puntos de vista e ideas, mueve con suavidad y de forma gradual al cambio. Tu liderazgo y la buena disposición de tu equipo los llevará a esa zona de aprendizaje, en donde la conciencia de la situación y el reconocimiento de que todos están tratando de dar lo mejor de sí, despertará nuevas formas para reinventarse. Un ambiente de seguridad psicológica, detonara creatividad, innovación, re-invención, y te confortará al saber que no estás solo para lidiar con esta crisis.

Si logras generar este ambiente, te será más fácil mantener unido a tu equipo, tomar decisiones desprendidas y crear una red que no solamente te dará contención, sino que te ayudará a volar más alto. Para transformar la crisis en experiencia, necesitas constuir comunidad y convencerte de que solo no podrás, tendrás que hacerlo con otros.

Este es el “mensaje personal” que quería transmitirte. Como verás, es profundo y te llevará tiempo ponerlo en práctica. Lo importante es que hagas una pausa intencional, -no obligada como en la que te he metido-, leas nuevamente y varias veces, cada una de las pautas, te mires en ellas, reconozcas tus desafíos personales y profesionales, los evalúes y actúes. Estas líneas te ayudarán a frenar la caída de confianza por la que estás pasando. Cree en ti… aprovecha tu pontencial y no lo olvides, todo lo que deseeas está dentro de ti. Sólo tú sabras cuándo, cómo, en dónde y con quién. Vivir este proceso ya es el inicio del cambio…

Me despido
COVID-19

Cuando terminé de leer la carta me encontraba en shock, muchos pensamientos e imágenes se agolpaban en mi interior, y una carga de sentimientos encontrados me conmovían. Sin duda, COVID-19 había dado en el clavo, esta carta era lo que necesitaba para sacudirme como persona, como líder y darle un giro a mi vida. Soy responsable de mi propio cambio… y de constuir un mejor futuro. Muchas de las respuestas las tengo yo. No sé cuándo vaya a pasar esta crisis, y si convivir con personajes como COVID-19 vaya a ser lo habitual, lo que si tengo muy claro es el “mensaje personal” de esta carta: ¡Ya no somos los mismos… el cambio, depende de mi!.


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