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Por: Gabriel Mijares

CEO

LUMISIS

Cuando me invitaron a ser parte de este proyecto y vi la lista de temas sobre los cuales podría compartir mi experiencia como líder, enseguida me hizo click el de “Felicidad en el Trabajo”, tal vez porque durante los casi 36 años que trabajé en Nestlé siempre me sentí feliz (yo creo que esa es la razón por la que se me pasó el tiempo volando durante mi carrera profesional en esa gran empresa, de la cual me jubilé a mediados del 2015). Y ahora que veo que los jóvenes cambian de chamba con demasiada frecuencia, o que mucha gente parece no estar feliz haciendo el trabajo que realizan, me encantó la idea de poder compartir mi experiencia personal al respecto.

Teorías que soportan el pensamiento del Liderazgo Positivo e investigaciones recientes en el campo de las Neurociencias establecen la relación causa-efecto que tienen los estados de animo del individuo con su nivel de rendimiento en el trabajo… pero no me voy a referir aquí a dichas teorías o investigaciones (hay mucha bibliografía al respecto), sino que quiero compartir, desde la mirada de mi experiencia personal, lo que considero que fueron los principales factores que contribuyeron para que yo fuera feliz en mi trabajo.

1. Propósito compartido.

Ser parte de una empresa con un Propósito claro, bien definido y convergente con mis Valores personales… y sentir en conciencia que con mi desempeño individual, en cada uno de mis diferentes roles, contribuí a que ese propósito se lograse cada día. Nestlé es una empresa con sólidos Valores y claros Principios, los cuales han sido la base de su éxito desde hace más de 150 años; La redacción actual del Propósito que ha guiado y sostenido a Nestlé desde sus inicios en 1866 es “Mejorar la calidad de vida y contribuir a un futuro más saludable”; resumida en la poderosa frase “Good Food, Good Life”, la filosofía de Nestlé es algo con lo que me resultó muy fácil identificarme, ya que implica creencias que comparto y formas de comportamiento con los que me identifico: cosas como la Creación de valor compartido, la prevención de la salud mediante una buena alimentación, el cuidado y sustentabilidad del medio ambiente, por mencionar sólo algunos ejemplos.

2. Trabajar en lo que te gusta.

Yo entré a Nestlé en México en enero de 1980 como Asistente en el Departamento de Capacitación. Recién había cumplido 21 años y empezaba el 8º semestre de la Licenciatura en Administración de Empresas. Mis maestros en la Universidad La Salle insistían en que para esas alturas del partido ya debería uno de estar trabajando “en serio” (en una empresa), a fin de empezar a ganar experiencia profesional, así que decidí aplicar en algunas empresas que me dieran la oportunidad de trabajar en lo que a mí me gustaba, que era el campo de la Formación de adultos. Por lo que llevé mi curriculum (que en ese tiempo era más bien ridiculum, pues todavía no tenía experiencia profesional) a tres empresas que yo sabía que le daban importancia a la Formación de sus colaboradores porque tenían un Centro de Capacitación propio, siendo Nestlé la que primero me ofreció empleo. Siempre me ha gustado facilitar procesos de aprendizaje, y desde joven me di cuenta de que tenía ciertas habilidades y facilidad para ello, así que trabajar dando Capacitación me hacía verdaderamente feliz, pues hacía lo que me gustaba, y ¡hasta me pagaban por hacerlo! En las diferentes posiciones de liderazgo que tuve a lo largo de mi carrera en Nestlé, hayan sido a nivel Nacional, Regional o Mundial (e.g. VP de Recursos Humanos de Nestlé México, VP Human Resources LATAM Nestlé Nutrition, o Global Chief Learning Officer), siempre tuve la oportunidad de facilitar, directa o indirectamente, el desarrollo de las personas, es decir, de hacer lo que siempre me ha gustado. Trabajar en lo que a uno más le gusta, hace que el trabajo no se sienta como “trabajo”.

3. Tener buenos modelos.

Todos los que fueron mis jefes, jerárquicos o funcionales, me enseñaron algo. Tuve la suerte de tener en general muy buenos jefes directos… salvo uno, todos fueron verdaderos role-models para mí: inspiradores, visionarios, facilitadores del desarrollo de su gente, pragmáticos, innovadores, catalizadores del cambio, estrategas… Incluso de aquel con quien no tuve tan buena experiencia algo me enseñó: lo que no debes hacer como líder. Viendo en retrospectiva mi carrera en Nestlé, siento como que “siempre estuvimos en buenas manos”: la sensatez, visión, disciplina, don de gentes, atinada y oportuna decisión que yo veía en los altos directivos de la Organización siempre me estimularon para tratar de emularlos.

En tiempos de incertidumbre como en los que actualmente nos toca vivir, el contar con un “faro que te guíe en la tormenta” te da ese reassurance de que vamos a salir adelante y de que lo mejor está aun por venir. Esa es la emoción (e-motion = movimiento) que un buen líder despierta en sus seguidores para que quieran hacer proactivamente que las cosas sucedan y no sucumban ante el estrés que pueden generar los ambientes VUCA en que vivimos (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad, Ambigüedad).

4. Dar lo mejor de ti.

Recuerdo que en mis primeros meses en la Compañía le pregunté en una ocasión a mi jefe directo (que fue quien me contrató): ¿Qué tengo que hacer para crecer y hacer carrera en la empresa? Y el me contestó: “haz bien y con ganas lo que tienes que hacer, y no te preocupes por lo demás, que hay muchos pares de ojos observando tu desempeño, más de los que te imaginas”. En aquel momento no entendí bien a qué se refería (luego me quedó claro que era al proceso de Calibración de Talento), pero su consejo me estimuló para hacer siempre con la mejor intención lo que tenía yo que hacer… seguramente no siempre hice todo bien, pero siempre lo hice con la tranquilidad de conciencia de haber dado lo mejor de mí en cada momento… y yo creo que funcionó, a juzgar por las promociones que fui teniendo a lo largo de mi carrera a roles cada vez de mayor responsabilidad. Cuando tú como líder actúas de esta manera, tratando conscientemente de actuar desde la mejor versión de ti mismo, proporcionas a tu equipo, sin tener que decírselos, un estándar sobre el desempeño que esperas de ellos, pues tus comportamientos hablan más elocuentemente de ti que tus palabras.

5. Reto y desarrollo.

Otra experiencia que me hacía muy feliz en mi trabajo era cuando me asignaban proyectos novedosos que implicaban reto o desafío. En la mayoría de las posiciones que ocupé en Nestlé tuve la oportunidad de innovar, de ser pionero e intentar algo diferente, que después se convertiría en un nuevo estándar. Un ejemplo: durante mi primera expatriación a Suiza a finales de los 80’s tuve el privilegio de trabajar en el recién creado Nestlé Productivity Team, un equipo integrado principalmente por Ingenieros que hacía una especie de consultoría interna para ayudar a fábricas Nestlé en diferentes países del mundo a revisar sus procesos end-to-end y mejorar su productividad; yo facilitaba la parte de lo que ahora llamaríamos “change management”. El enfoque y metodologías que creamos para ello resultó tan exitoso que el alcance de estos proyectos de productividad se extendió fuera del ámbito de Producción, abarcando también al área Comercial y de Logística. Lo mejor del caso fue que estos proyectos, que en un principio eran impuestos a los Mercados desde el corporativo en Suiza, después eran solicitados proactivamente por los propios Mercados porque estaban convencidos del beneficio que les aportaban. El enfrentar retos que ayuden a tu desarrollo y al de la Organización te proporciona un sentido de auto-realización increíble.

6. Conciencia de Wellbeing.

Aunque es claro que es responsabilidad de cada quien encontrar su propio balance entre vida profesional y otras actividades, durante mis años en Nestlé la compañía le dio siempre mucha importancia a tratar de facilitar las condiciones adecuadas para encontrarlo, ya fuera mediante políticas de trabajo flexible, o fomentando y casi siempre co-financiando actividades deportivas, culturales y sociales, con participación incluso de la familia. Varios de mis mejores amigos en la actualidad son personas a quienes conocí hace muchos años a través de esas actividades. Saber balancear la vida profesional y la personal/social es condición importante para asegurar el bienestar integral (físico, mental y espiritual) de las personas en el trabajo, lo que hoy llamamos el Wellbeing; por eso considero que como líderes somos responsables de generar intencionalmente espacios de bienestar en los entornos en que interactuamos, mostrando apertura y adaptación ante los retos, promoviendo con nuestro ejemplo la resiliencia personal y organizacional.

En mis consideraciones anteriores no mencioné a propósito el factor económico. Lógico, si no tienes una compensación adecuada no vas a estar tan feliz en el trabajo; pero como Maslow lo demostró con su escala de necesidades, una vez satisfecho este factor básico para cubrir tus necesidades fundamentales (cosa que hoy en día la mayoría de las organizaciones tienen claro y ofrecen sueldos competitivos para asegurarse la atracción de Talento), vienen las necesidades motivacionales de mayor trascendencia, las que dependen más de la voluntad del individuo que de los factores externos que le afectan. Estoy convencido que el ser feliz en tu trabajo es sobre todo una decisión personal.

Mi concepto de Felicidad en el trabajo no es algo fantasioso que implique el que todos “nos amemos” y nos subsidiemos mutuamente los errores con tal de “llevar la fiesta en paz”… Es Felicidad en un sentido más amplio y trascendente, como condición anímica que predispone a la búsqueda del bien común, a hacer bien lo que es bueno, a estar bien contigo mismo y con los demás, a generar oportunidades para que la gente aprenda y se desarrolle, para que nuestras empresas y organizaciones sean más productivas y exitosas pero a la vez humanas, para que como sumatoria de todo ello contribuyamos a construir un mejor país.

Los factores que he mencionado están presentes en LUMISIS Group, la firma de Consultoría, Coaching y Estrategia de la que soy Socio Fundador y en la que me desempeño como Líder Internacional de la Práctica de Desarrollo Humano y Organizacional. En mi quehacer actual en LUMISIS constato que la felicidad en el trabajo no depende del tamaño o giro de la empresa en que trabajas, (ya sea una gran empresa con amplia presencia en todo el mundo o un despacho de Consultoría boutique), sino depende de la voluntad y compromiso consciente de las personas que la integran para hacer algo significativo y que marque una diferencia. Tan es así, que uno de los Valores que hemos definido para LUMISIS Group dice: “Esto (el trabajo) no tiene por qué ser sufrido”.


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