Por: Emma Navarro
FUNDADORA
MAR ELENA HOTEL
Sería imposible iniciar mi historia personal sin mencionar a mi padre, de quien heredó la profesión, la vocación de emprender, el profundo amor por México y la abundancia en principios contundentes para regir la propia existencia.
Crecí con la afortunada oportunidad de ser testigo del deslumbrante desarrollo de este hombre ejemplar, quien combinó la vocación en las leyes con el emprendedurismo. Su forma de pensar aún me define y permea mi vida como abogada y como empresaria.
De la misma forma, me nace también evocar la memoria de mi suegro, otro gran hombre de intenso trabajo cuyos sueños habrían de caer en mis manos. La voluntad de preservar su voluntad y continuar su legado, habría de marcar mi destino laboral.
Heredera de esta rica educación e idiosincrasia, aún replico las enseñanzas de ambos cada día. “¿Sabes qué es arar la tierra para una cosecha, mi hijita?”, preguntaba mi padre apasionado, mientras forjaba en mí el arraigo cultural y la alta valorización del trabajo de la gente de campo que hoy me caracteriza. Quizás el más mexicano de nuestros dichos coloquiales, “Al que madruga Dios lo ayuda”, era su preferido.
Si usara otro refrán mexicano para referirme a mi suegro, elegiría “Al ojo del amo engordan los caballos”. Una sabia máxima que me ha tocado demostrar con hechos durante los últimos siete años al retomar, remodelar y hacer próspero el hotel que en vida fue una especie de gusto para él: un diamante en bruto con tres cúpulas coloniales en Puerto Vallarta, que mi empeño se ha encargado de iniciar a pulir. Adelanto que todo lo que se ha logrado es sólo el principio, a su máximo potencial si bien por fortuna ya contamos con el favor del éxito y la confianza de nuestros huéspedes.
La grandeza de México, que reposa en una cultura desbordante de riqueza. Desde el calendario azteca o piedra de sol -con una exactitud excepcional vigente al día de hoy- hasta los múltiples acordes del mariachi, patrimonio de la humanidad en nuestros días. Antes de cualquier actividad o proyecto profesional la arquitectura autóctona de México, un territorio que rezuma petróleo, piedras preciosas, minerales… Una tierra de densas selvas y múltiples ecosistemas únicos en el mundo, productor líder agrícola, rico en aguas: ríos, cenotes, arrecifes marinos, playas con arenas de seda. Qué decir de su gastronomía –todavía el nombramiento más amplio que existe en el catálogo de la UNESCO para cualquier cocina de patrimonio inmaterial de la humanidad, pues no sólo destaca por haber sido la primera en la historia, sino porque inicia en la agricultura con técnicas y ritos autóctonos para proseguir hacia la cocina, la mesa e incluso después fungiendo como elemento de tradición y cohesión intergeneracional-, sus telares coloridos, sus millones de manos mágicas productoras de las más finas artesanías, su escena artística explosiva, su diversidad de dialectos que aún siguen vivos, sus construcciones proverbiales manifiestas en edificios inigualables como Bellas Artes en la Ciudad de México, justo a un lado del de Correos Mexicanos, o el Hospicio Cabañas en Guadalajara.
Tenemos una cultura mágica resultado del tamaño y diversidad de nuestra historia, que aún se vive en lo pintoresco de los pueblos de México con sus bellas iglesias al centro y su aire cargado del pasado que todos añoran, sus quioscos, sus cenadurías y puestos donde se expende comida típica y artesanías. Se vive en la vanguardia de nuestros artistas reverenciados alrededor del mundo y en las tradiciones que aún se conservan, entre viñedos, cafetales y cacaotales.
Intento evocar toda esta riqueza inefable en cada actividad personal, en cada reunión de trabajo, en cada rincón del hotel: ejerzo el poder que la grandeza inherente a México le brinda a cada uno de sus hijos. Capitalizo en la fascinación –incluso la sorpresa- que nuestro país despierta.
Aún en la actualidad, encuentro que incluso al más alto nivel aún hay quienes ignoran el genio y avance de civilizaciones como la maya, cuyas impresionantes aportaciones a nuestro mundo son equiparables a los romanos, griegos, egipcios o chinos. Disfruto no sólo de recapitular algunas de las maravillas más célebres del mundo que viven en nuestro país como Chichén Itzá y compararlas con cualquier otra gran atracción mundial, sino también de dar a conocer algunas otras más inesperadas, como Calakmul, nuestra joya patrominio mixto por su exhuberante naturaleza asentada en medio de la reserva de la biósfera campechana que lleva el mismo nombre y su imponente grandeza arqueológica que desborda en más de veinte estructuras piramidales.
Fue así como, junto con el deseo de preservar la riqueza única de nuestra identidad como país, los azares del destino me presentaron con este gran reto laboral que llegó intempestivamente a mi vida. Implicaba sin duda alguna sumergirme en un mundo desconocido para mí en todos los sentidos: el turismo en México. Si bien la encomienda al inicio pudo parecer sobrecogedora, “¿Cómo es que ahora debo construir una empresa con cultura empresarial?”, mi estrategia fue buscar de inmediato la respuesta en la gran ilusión de poder plasmar todo lo aprendido, con este despertar a una nueva experiencia. Esto ha sido una de mis mejores y más satisfactorias vivencias.
Ha sido pues fascinante dirigir el proyecto de un hotel en Puerto Vallarta y zambullirse de golpe en un nuevo sector empresarial. Darle identidad propia a la marca era prioritario como punto de partida. Aproveché, respeté y preservé la construcción original de tipo colonial mexicano, ese México pintoresco. Quise plasmarlo en el inmueble mostrando colores y materiales típicos como lo son la talavera de Puebla pintada a mano de las escaleras, los barandales forjados a mano por herreros, una fuente en el patio central. Tenía ya en mis manos el mejor proyecto, faltaba hacer la pregunta clave: ¿Qué busca el turista extranjero? Vivir una gran experiencia llena de cultura, tradiciones como el Día de Muertos, la gastronomía típica de la región, pero sobre todo la calidad y calidez de los locales, y para eso –por ventura- México se pinta solo. Había que innovar reforzando la estructura existente: generar ventanales, aplicar mármoles, acondicionar la fuente, hacer justicia al esplendor de México e inspirarse en ello.
El crecimiento personal, laboral y económico es esencial en la configuración de una cultura empresarial: tus colaboradores deben identificarse con el producto como si fuera propio, esto gratifica al máximo cuando presides una empresa. La creatividad de cada uno de ellos es un factor poderosamente enriquecedor. En nuestra empresa consideramos a nuestros colaboradores como nuestro motor y principal activo, por eso apostamos mucho en escucharlos continuamente, por innovar y promover los equipos de trabajo. El cuestionamiento reiterado, casi retórico, en nuestro equipo es “¿Cómo te gustaría que te trataran?” La respuesta resulta tan evidente como esclarecedora. A todos nos gusta el mejor de los tratos, esa es la filosofía de nuestra empresa.
Así es como logramos ser una entidad con principios de generar una cultura de “felicidad organizacional” y socialmente comprometida. Tomando la abrumadoramente amplia diversidad de México, donde es tan valioso, generé una cultura laboral de apreciación por el aporte de cada uno. Se ha logrado una integración homogénea de pensamientos e ideas que al cobrar vida generan sentido de pertenencia y responsabilidad. En este contexto, la puntualidad, honestidad, desempeño, actitud y entrega son valores naturales propios de mi equipo. Un buen líder debe saber motivar, integrar, hacer crecer: celebrar las diferencias individuales y tranformarlas en un todo que representa el éxito en los negocios.
Mi experiencia en este sector ha sido invaluable, ya que día a día tienes más exigencias de mercado para innovar y reinventar tu negocio de manera continua. La mejor maestra ha sido la –a veces despiadada adversidad cotidiana: la visita constante de los inspectores motiva a elevar aún más los estándares de higiene, las auditorías forman en las más eficientes prácticas administrativas, el reemplazo de un cuarto de máquinas genera un conocimiento técnico que hace la diferencia entre tus habilidades y las de la competencia. Así, por ejemplo, cuando el mundo es azotado por una pandemia –y si bien es siempre imposible anticiparse del todo a retos de tal magnitud- las políticas de desinfección constante ya están previstas y en vigor. Sin conocimiento del ramo resulta complicado subsistir. Disfruto el rigor de la terminanca y la disciplina, del cuestionarse permanentemente “¿Cuál es tu mejor versión dentro de la empresa?” Transmitirlo y palparlo en cada espacio en definitiva es una parte de ti, tu esencia.
Implementar controles de calidad en todo negocio, es un eje fundamental para el resultado de tus ventas. Las estrategias financieras y administrativas como la existencia de una organización laboral eficaz y constantes estudios de mercado. Son herramientas esenciales para desarrollarse en el ámbito empresarial.
El ver florecer un reto en estas condiciones es un deleite que resulta adictivo. Los horarios desaparecen, los límites se desdibujan. La valía y el éxito a partir de la autenticidad y el conocimiento son sensaciones difíciles de prescindir. Así es como llega un reto dentro del reto, en mi caso esto ha sido el hacer crecer el proyecto cuidando con sigilo la administración y evitando inyecciones externas. Volverlo auto-sustentable, dar prioridad a la reinversión sobre la recolección de ganancias en aras de ver el éxito consolidado a largo plazo mientras se vigila la sanidad financiera. Sin ser un objetivo fácil de lograr, lo recomiendo ampliamente a cualquier emprendedor, por la satisfacción y alivio que simultáneamente genera.
Es vital estar a la vanguardia con la tecnología, la infraestructura que nos brinda las plataformas de venta, al laborar conjuntamente, hoy en día puede ser el mejor canal de ventas, ya que la difusión de tu negocio, es conocido en todo el mundo, solo con buscar en una de estas páginas de reservas, aunado a mantener calificaciones satisfactorias, a través de las opiniones obtenidas en comentarios de los huéspedes, tendrás un mejor posicionamiento. Desde luego contar con tu sitio web, para estrategias de ventas directas.
Consumir lo que el país produce en insumos hace de esta una empresa cien por ciento mexicana. Sentimos verdadero orgullo, por radicar en este aspecto que apoyamos celosamente una manera directa y tangible de reactivar la economía de México a través de nuestro propio crecimiento y mantenimiento.
Otro valor de máxima importancia son nuestros huéspedes y sus deseos y necesidades. Cuidamos cada aspecto para que puedan tener una experiencia inolvidable desde la atención al llegar al hotel hasta los detalles, de hacerlos sentir como en casa, al tiempo que los animamos a descubrir del destino en virtud de nuestra invitación permanente a que conozcan los diferentes productos, atractivos turísticos y gran gastronomía -con la que contamos in situ- para que así la estancia sea un éxtasis de vivencias.
Confío que el esfuerzo diario y constante, vital para todo negocio que hemos logrado imprimir a este proyecto haga honor a las lecciones y expectativas de: servir a México en toda su grandeza.
LA GENEROSIDAD DEL ALMA, SERÁ TU MAYOR FORTALEZA…