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Por: Juan Carlos Rojas Caballero

DIRECTOR GENERAL

ALTA CULTURA EMPERSARIAL DE MÉXICO (ACEM)

Una empresa une y coordina procesos de comercialización, operación, administración, tecnología y logística de determinados bienes o prestación de servicios, todos estos desarrollados por seres humanos que nos motivan a conversar acerca de la felicidad.

Al ser la felicidad uno de los anhelos más grandes del ser humano, las empresas deben tomar como uno de los objetivos más importantes a cumplir dentro de la organización la búsqueda de la felicidad en sus colaboradores obteniendo un inevitable resultado: la realización de los propósitos establecidos por la empresa.

Una de las grandes preguntas que vale la pena formular es ¿cómo podemos vivir felices?

Acudiendo a la Real Academia Española de la lengua la felicidad es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”.

Cada persona posee una definición de felicidad muy particular, es uno de los grandes sueños del ser humano motivo suficiente para entender que la felicidad colma la existencia de las personas siendo muy oportuno comprenderla en el ámbito empresarial.

La felicidad sin importar la definición personal tiene que ver con una postura de compromiso incondicional con la propia vida, tan personal e intransferible. Puedes compartir lo que tienes, lo que sientes, puedes dedicar lo que haces, puedes elegirte y estar contigo en tus momentos más felices, pero es muy probable que no puedes compartir tu felicidad aunque duela ya que la felicidad depende de ti y es para ti.

A lo largo de la historia de la humanidad han sido muchos pensadores los que han reflexionado sobre la felicidad y cómo conseguirla, recopilemos algunas:

“No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino.”

Buda Gautama

La felicidad no sólo es un derecho, es una de las pocas obligaciones que tiene el ser humano. Tiene que ver con la paz interior, con la serenidad, con la certeza de estar en el camino correcto sin que sea un accidente de la vida, se trata de una decisión, de construcción; ser feliz depende de cada persona, de lo que haga, lo que se decida para estar en ese camino correcto con responsabilidad. La felicidad posiblemente no sea un derecho de todos, posiblemente sea una obligación y ahí cada persona está obligada a trabajar para destinarle a ese camino toda su energía al servicio de una de las pocas obligaciones que tiene el ser humano, la felicidad es una especie de pago por el privilegio de estar vivo.

“El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más,
sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”.

Sócrates

La felicidad generalmente es confundida con la alegría, se entiende como una consecuencia de algo que sucede, que se es feliz cuando pasan cosas buenas y, viceversa, cuando pasan cosas malas, se asume que es infeliz.

“La felicidad depende de nosotros mismos”.

Aristóteles

Algunas cosas que le suceden a los seres humanos pueden resumirse en una sola frase: No soy feliz, ¿será cierto? ¿Será cierto que para ser feliz hace falta tener estas o esas cosas?, lo que nunca he tenido, lo que siempre he deseado, lo que tiene aquella persona que tampoco es feliz…

“Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado.
Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro.
Si estás en paz, estas viviendo el presente”.

Lao Tzu

La felicidad es esa sensación de serenidad cada vez que tienes la certeza de estar en el camino correcto, pero… ¿Cómo hallar ese camino correcto? Esa respuesta está en cada persona.

Uno de los grandes desafíos de las personas es ser uno mismo, el desafío es vivir de verdad y vivir de verdad es ser quien verdaderamente eres más allá de quién sean las personas con las que se interactúen y qué esperen de ambos; vivir de verdad significa dejar atrás todos los personajes que se han creado para otras personas, es importante abandonar ese papel para inscribirse en la sociedad dejando salir al verdadero héroe que eres cuándo eres tú mismo. Si eres capaz de confiar que más adelante aparecerá sin lugar a duda aquél que te pueda aceptar, amar y desear tal como eres, entonces no hay nada que temer.

Una empresa es un ser viviente pues está constituido de seres humanos… También vale la pena preguntarse si una empresa está obligada a ser feliz, considero que sí y de eso quiero hablarte a partir de este momento, deseo conversar contigo lo que creo, debemos reflexionar de manera conjunta.

Los departamentos a cargo del desarrollo humano en las empresas pueden tener como una ocupación principal para responder a todos sus desafíos, el entendimiento de que la empresa es humanizada por las personas que interactúan en ella y al ser humanizada, también está obligada a ser feliz; una empresa feliz es sin duda sinónimo de objetivos cumplidos.

Considero que uno de los grandes retos al que debemos enfrentarnos los líderes empresariales a nivel global es el logro de la felicidad empresarial y también tiene que ver con la paz interior de la organización, con esa serenidad en cada una de sus áreas, con la certeza de estar en el camino correcto por parte de sus directivos en la toma de decisiones; la felicidad empresarial depende de cada persona que hace posible que una empresa tenga vida, de lo que haga desde su puesto de trabajo, de lo que decida para estar en ese camino al que se refiere Buda Gautama con absoluta responsabilidad.

Esta propuesta de Empresa Feliz es un reflejo de la creciente importancia del capital social para configurar el propósito de una organización que inevitablemente conduce a un crecimiento de ingresos y eficiencia operativa asumiendo la responsabilidad de que una empresa es al final de la historia, un buen ciudadano constituido por seres humanos que, a su vez, son ciudadanos en los lugares dónde desempeñan sus actividades económicas.

La felicidad en las empresas vale la pena para esforzarse y generar indicadores que la midan y el desempeño no sólo en métricas tradicionales como las de desempeño financiero o la calidad de sus productos y/o servicios; deben considerarse otro tipo de juicios motivados por la forma de cómo la empresa entiende su existencia para desarrollar sus relaciones con sus empleados sin olvidar en ningún momento que son seres humanos que están obligados a ser felices reforzando la definición de que la felicidad no es un estado de ánimo sino más bien un estado de grata satisfacción espiritual y a su vez, desarrollar las relaciones con sus clientes, proveedores, acreedores, accionistas, socios inversionistas impactando en la sociedad positivamente con una evolución de empresas comerciales y sociales a empresas con la categoría de seres vivientes con trascendencia humana.

¿Valdrá la pena propiciar este cambio? Propongo que a partir de los eventos sucedidos en el primer semestre del 2020 sea necesario humanizar en todo momento la existencia de nuestras empresas, sensibilizar a todos los niveles organizacionales que como seres humanos, somos seres espirituales y que la vida es un suspiro que no entiende el tiempo como nos han enseñado a vivirlo ya que somos seres finitos con una gran necesidad y prioridad de promover LA ALEGRÍA POR VIVIR sostenida en LA FELICIDAD.


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