Por: Lilia Aragón del Rivero
EDITORIAL INDICE
Para mi es una oportunidad invaluable el haber sido invitada a participar en esta reseña de hombres y mujeres que son baluarte en empresas significativas en nuestro país. Que implican historias de éxito y forman una entidad cuya tarea entraña esfuerzo y trabajo.
Al leerlos he encontrado un recuento de sueños hechos realidad y la pregunta es:
¿Los líderes nacen o se hacen?
Con el entorno tan poco favorecedor para las mujeres en nuestro país, las mujeres que se vuelven defensoras con preocupación sobre sus familias, sobre su centros de trabajo, sobre las ganas de estudiar, sobre la violencia y el abuso a nuestro género, aunque nazcan líderes, la realidad las minimiza.
Es entonces que se tiene uno que fajar las enaguas y pelear por lo que sabemos es lo correcto; Y no es simple, los padres no siempre están de acuerdo, nuestra pareja cuestiona el ¿Por qué?, los hijos, el cómo y nuestros amigos “,… ya no te metas en eso, esto de la política es un cochinero y más si es en el campo sindical o gremial”.
Ahora esas experiencias se me agolparon como se agolpan las ausencias. Estoy hablando de hace 20 años, donde había que ir a firmar a un palenque, contratos o aportaciones entre el gerente de Texcoco y “la ANDA” para los artistas que eran cantantes, grupos de baile, cómicos con sus rutinas de entretenimiento, y un incipiente “Table Dance” entre vacunos y rancheros , sin diferencia de cuales eran unos y cuales otros. La intermediaria era una señorita de nombre de batalla “Beibi Doll” socia de la ANDA que lo primero que hizo fue llevarme con el dueño, quien saco una bolsa de “dólares” y una pistola, y me dijo “a ver mi señora, de contratos, ni hablamos, hasta don Vicente (Fernández) se lleva un costal de Api Aba, con billetes verdes…” Mi consternación fue indescriptible, pero con buenas formas, y un par de tequilas logre que me firmara un contrato de trabajo por el tiempo que durara la feria del caballo e hiciéramos una nómina.
Sí, era un mundo de hombres, tradicionalmente hablando, pero ya metida en gastos, también me hice presente en un película de Storado con Alfonso Arau,“Zapata”, con el Potrillo y Lucerito entre otros, en una hacienda en el estado de Morelos, y ahí bajo el sol inclemente de mi tierra, me pregunte, ¿vale la pena? Que es lo que me incita a proteger, el debido reconocimiento al trabajo, a las horas de descanso, al buen trato ¿para mis compañeros actores? No las estrellas, que están consentidas y bien tratadas, sino a los que hacían de “tropa, los Zapatistas, los de a pie, a los que posiblemente nunca se les da un nombre sino “un gran elenco”.
La percepción de inequidad rampante es una parte del estímulo para ser líder, para defender a la parte débil de una comunidad, llámense pobres reclamando salud para sus hijos enfermos, llámense doctores para que la justicia social sea debidamente ejercida por el Estado. Llámense mujeres, porque nuestro país, sigue siendo un patriarcado en todos los ramos.
En cada mujer de este país, hay una líder innata que defiende la razón, la circunstancia nos hace difícil concretarlo, pero la oportunidad existe, más que nunca, para una paridad total.Llegue a Secretaría General de la A.N.D.A. después de seis años al frente de la A.N.D.I…seis meses de campaña, cuatro años al frente de la Secretaria del Interior y Exterior y tres años simultáneamente como Diputada Federal.
Como la primera mujer en la Secretaria General en 72 años, quería hacer el mejor papel, por aquello de la equidad de género y comencé desde los archivos, el estudio de los Contratos colectivos, el análisis de las publicaciones que vienen desde el 13 de octubre de 1945,y toda la historia de esta agrupación ejemplar maravillosamente distinta, un sindicato Suigeneris.Yo no sabía quién hizo el logo de la A.N.D.A., este fue creado por el actor Crox Alvarado. Todas las anécdotas, Desde el collar de la Felix,hasta la cruz de Huanacaxle,comunicadas de viva voz por, Lupita Silva, que fue una cantante romántica, y por Carmen Montejo una incomparable actriz,Maria Victorian, Ana Luisa Pelufo, todas hermosas y a las que siempre agradeceré su apoyo.
Me acerqué con respeto y curiosidad. Así que piso por piso, gaveta por gaveta, acompañada de quien daba mantenimiento desde hacía 30 años, el señor Gerardo Martínez, porque conocía recovecos e infinidad de historias de los edificios con 70 años de vida, cuando los mejores artistas colaboraban, en este sindicato.
Hubo una tienda con doña Fany Shiller al frente, mamá de Manolo Fábregas, en el año de 1953. Hubo una clínica en el año de 1964. Se creó el S.E.T.A.N.D.A. en el año 1975. ¿Qué se ha ganado, que se ha perdido?…….
En estos menesteres andaba y en el leer y releer se me iban las horas muertas, hasta las diez de la noche, cuando no tenía función.En la A.N.D.A. hay muchos pasillos secretos y toparse con un clown de peluca zanahoria y una nariz roja fluorescente, a las 10 de la noche -es una experiencia impactante-, pues resulta que en uno de esos pasillos estaban las oficinas de Carpa y Circo.
Así de peculiar era la A.N.D.A..
Los ejecutivos que desfilaron, desde 1934, fueron entre otros: Fernando Soler, Carlos Orellana, Felipe Montoya, Carlos López Moctezuma, Jorge Mondragón, Rodolfo Bugarini, Mario Moreno, Jorge Negrete, Andrés Soler, Víctor Manuel Mendoza, Rodolfo Landa, Víctor Parra, José Elías Moreno, Víctor Junco, Roberto Palacios, Crox Alvarado, Carlos Riquelme, Pedro Infante, Arturo Soto Rangel, Jorge Martínez de Hoyos, Luis Aragón, José Ángel Espinoza, TODOS ACTORES RECONOCIDOS DE LA ÉPOCA DE ORO DEL CINE MEXICANO, pero ninguna mujer.
Al levantar los plafones del techo, descubrimos micrófonos antiguos con conexiones pérdidas que se quedaron sin destino,(o sea las mismas prácticas desde entonces).
A la mitad del lobby, que antecede a la Secretaria General, había una puerta secreta que daba al teatro Jorge Negrete, inaugurado el 5 de diciembre de 1957, siendo presidente de la República Don Adolfo Ruiz Cortines y Secretario General de la A.N.D.A. el Lic. Rodolfo Echeverría “Rodolfo Landa”. El teatro Jorge Negrete se inauguró con el drama “Malintzin”, llevando como protagonista a la C, María Teresa Montoya.
No hay nada más fascinante que un TEATRO, con público, es maravilloso, pero el escenario a oscuras con el eco fantasmal de risas y llantos suspendidos de las bambalinas, y telones, emociones hechas girones entre cajas y cortinas es una experiencia fascinante. ¡Vengase Doña, vamos a verlo!me dijo Martínez, y ahí voy, atrás del escenario.
Había una fuga de agua, que empezó a preocupar al jefe de mantenimiento, para llegar hasta allá abajo, había que poner una escalera, y la pusimos, y en lo que es el piso de la construcción, por debajo del escenario, el encharcamiento era gigantesco y los cables de la subestación chisporroteaban como fuegos artificiales, las luces de trabajo comenzaron a parpadear y de pronto nos quedamos en la más negra de las penumbras, Una lámpara sorda y también muda, acompaño el silencio en el que Don Gerardo, un chalan y yo nos quedamos extáticos. Ni gota de luz, el corto seguía produciendo el ruido sobrenatural de la electricidad, el goteo del agua, el viento helado y la negación de luz eran un espanto.
En el asombro y siguiendo la mancha de la linterna, apareció una brillante superficie de madera pulimentada con una molduras de un bronce mortecino, corriendo la lámpara hacia arriba se veía un bruñido metal del que sobresalían unas agarraderas fantásticas doradas y más arriba una sencilla planicie de maderas, tablas firmes con una pintura ya escarapelada de un estofado humedecido. Seguí escudriñando con la luz de la linterna mientras el hombre y su ayudante a ciegas daban fin al desaguisado luminotécnico del corto de los cables, yo seguía paneando ante esa pared inacabable de acero, madera, caliche, flecos de seda, metales pavonados con reflejos múltiples, pero esto solo era una esquina, cuando voltee hacia la izquierda ese muro imparable se triplicó convirtiéndose en un bloque gigantesco… Y se hizo la luz.
La linterna dejó de ser importante porque los focos de 100 watts, que alumbran el lugar se prendieron inundando el espacio. Frente a mí, ¡formados e implacables 20 ataúdes! Como en una exhibición mortuoria. El hombre de mantenimiento veía con curiosidad mi asombro, el cigarrillo a medio fumar colgaba de sus labios. “Ya le cerramos la llave señora y le vamos a poner “maskin” al alambre”.
Yo lo miraba sin dar crédito por que él parecía no disturbarse con la macabra aparición, “Ah eso”, dijo al contemplar mi asombro, “son los ataúdes, aquí los guardaron porque a los muertos los incineraron y luego… aquí guardamos los ataúdes. Procedió a sacar algunos, deslizándolos sobre el piso. Ahí estaban impolutos con sus sedas blancas, procedió a mostrarme como se abría la ventanita –ésa- la que te ponen a la altura de la cabeza que es como balcón del cadáver con vista hacia la eternidad, y comenzó a darme los nombres de quienes estuvieron en esos féretros, “hasta la abuelita de Mariana Seoane”.
A ver don Gerardo lo interrumpí, vamos a poner orden, aquí abajo es absurdo que acumulemos estas cosas. ¡Vamos a donarlos! Y a la tarea me dime entere por ejemplo, que las funerarias no reciben ni como donación los ataúdes; salido el muerto y soltando el llanto, a ver qué hace con el catafalco.
Llegamos a una Institución Oficial de Asistencia Privada, tan privada que no sirven para nada y la funcionaria llena de alhajas y de relojes “carísimos” a cargo de los pobres de la ciudad, me dijo: No, perdone, no aceptamos la donación, porque nosotros tenemos un convenio con quienes fabrican los féretros, son caros, pero ahí vamos “what ever that means”.
Pensando que hay gente humilde, sin dinero nos remitimos con el amado líder de la basura que traía una camisa verde a cuadros con una corbata de color inimaginable lo que evidenciaba un daltonismo de pepenador. El hombre que masticaba interminablemente un palillo, me dijo “no Seño, yo no puedo exponer a mis agremiados muertos a compartir una última morada que a lo mejor fue ocupada por un muerto de enfermedad infecciosa, imagínese que compromiso, yo me debo a los míos, que en las urnas han depositado…guara, guara, guara.
Yo como Juana, la loca, arrastrando por el D.F. los ataúdes, pensé en hacerlos llegar a la gente del campo, pero no sabía que eso, es imposible; tienes que sacar un permiso, que no te dan y luego te detienen en cada retén y te lo desarman y descosen, por aquello de la droga y los de la familia de Michoacán, hasta dejarlo hecho girones, ¡peor que tiburón con coca!
Logramos asestarles 2 a unas monjitas que habían sufrido 3 bajas en sus filas, 2 muertas y otra más que se había fugado con el del gas, ¡pero que no quería para nada un ataúd!
En la desesperación total, una noche los pusimos en un camión de carga y nos fuimos por el descampado, allá por las instalaciones del Politécnico, con un desarmador y un hacha los comenzamos a hacerlos picadillo, era una labor complicada, pero como Secretaria General, era mi compromiso.
El ruido atrajo a varios chavos que sorprendidos, temerosos y bien prendidos, en éxtasis total, ayudaron a destruir y desarmar nuestra macabra carga; Este déjelo completo Seño, es como moisés para mi hermanito, ya tiene 6 años pero no le toco cama, si me regala la tapa, voy que la pongo de puerta, pa´completar mi cantón que es de pura lamina de asbesto. Como por arte de magia desaparecieron desarmados, los que completos tenían 30 años inservibles.
Estas fueron las últimas moradas de David Reynoso, Tito Guizar, Manolo Fábregas, El Indio Fernández, Isabel Briceño y un gran elenco. Todavía en una pulquería, por atrás del Colegio Militar, que se llama “Donde las dan las toman”, esta apaisado uno de nuestros ataúdes, es una estantería que me pareció familiar. Ahí puestos algunos Tarros, Tornillos, algunas Catrinas, Cacarizas y Tongoleles, Para el Baba de oso ,para los Curados…y ahí está el detalle…abajo, hay una plaquita de bronce que dice “Mario Moreno Cantinflas”.
¿Sera por eso que los actores aun muertos andamos en la boca de todos?
Vivencias como esta ocuparon 8 años de mi vida que compartía con mi editorial, Editorial Índice S.A. de C.V. de la cual soy Presidente del Consejo Editorial desde hace 20 años, con diversas publicaciones, entre ellos “Natura” revista mensual que estuvo 15 años en el mercado, con la colaboración importante de Rius, una rama de literatura para mujeres, porque siempre ha sido mi preocupación, que queremos y que necesitamos las mujeres.
Preocupación ahora cristalizada en mi participación en el colectivo que preside María Elena Orantes 50+una que lucha por la equidad de género.
Retomando con respeto y compromiso el pensamiento de mujeres revolucionarias, como Hermila Galindo, mujer con grado en el ejército mexicano ,cuya lucha para la participación paritaria fue crucial en la vida política de México ,una líder que sumó a su pensamiento a mujeres conservadoras, liberales y sinarquistas por el voto femenino, congelado en 1937, revitalizado en 1947 solo en el ámbito municipal y otorgado en su totalidad en 1953 bajo el mandato de Ruiz Cortines, logrando por primera vez la participación de las mujeres en la elección presidencial de 1958.
“Desde entonces las mujeres seguimos buscando la paridad total de nuestro género”.
“La historia de las mujeres tiene la misma complejidad que la de los hombres, pero la trayectoria vital y los tiempos femeninos son distintos y como tales, deben ser percibidos y analizados”.
Creo que “el liderazgo” se hace con tiempo, esfuerzo, trabajo y honestidad.
En cada ser humano hay una semilla de liderazgo, depende de uno, dejarla crecer.