Raúl Santamaría y Santamaría
CEO & FOUNDER
SIMPATI MOBILE
Inicio este artículo agradeciendo a la Vida, sin más, por la oportunidad de escribirlo, y atendiendo orgulloso a la invitación de esta preciosa misión del libro “Pinceladas de 100 líderes empresariales”, creado por Gustav Juul, en un año tan especial que ninguno olvidaremos en nuestras vidas.
Me sugería Gustav este título “RENACER” un par de meses antes de que la pandemia invadiera México; ya con algunas sospechas en mi querida España, dramáticamente dañada hoy por la misma y por otras circunstancias que parece anuncian una pesadilla de largo recorrido allá.
Hoy entramos teóricamente en México en la quincena clave para llegar al famoso y temido “pico” de la pandemia. Desde aquí también, mis mejores deseos y ¡Fuerza México! Ojalá cuando estas páginas lleguen a los ojos de los lectores, se haya quedado muy lejos y como un mal sueño esta crisis de la que confío que salgamos reforzados como sociedad.
Me cuesta encontrar el foco empresarial para entregar este texto en semejantes circunstancias. Pero es necesario y, por tanto, cumplidor y responsable de mi parte, aprovechar estas páginas para dar provecho, esperanza y luz a quienes las lean, incluido hasta para quien escribe.
RENACER será muy pronto, o ya lo es, una misión de supervivencia, necesaria e innegable para muchas empresas y empresarios. REINVENTARSE será una de las asas a las que nos podamos agarrar a mitad de la caída. PERSIRTIR será otra opción; para mí, la favorita. Y esa es mi apuesta.
Abstrayendo este artículo y su título de la impensable, impredecible y extraordinaria coyuntura actual, les comparto con todo respeto reflexiones que, después de 5 años de haber lanzado mi propia Operadora Móvil Virtual en “aquel” enorme mercado mexicano de las Telecomunicaciones, ahora entiendo, por fin, la belleza de la misión, que no de la visión, pero sí de los valores. Y, por ello, vuelvo a apostar por la persistencia como primero de los valores, enseñanza aprendida de una de los miembros de nuestro Consejo de Administración: Gina D.B.
Después de 4 años intentando sacar la cabeza del barro en este mercado tan castigado como complejo que vienen sufriendo las Telecomunicaciones en México por historia conocida, decidimos un cambio de estrategia total para convertir nuestra Operadora en una fábrica de “marcas blancas” de telefonía móvil. Eso me ayudó a poder ejecutar una macro reestructuración que dejó nuestro staff en apenas 7 personas, incluido el Servicio de Atención al Cliente. Y me lancé a buscar Socios comerciales con planes y segmentos muy bien definidos a los que aportar valor, nichos descuidados, fuera de la voracidad del “gigante azul” y sus dañados perseguidores.
Tras varios proyectos lanzados en el nuevo modelo, que incluyeron una Universidad privada de la Ciudad de México y una empresa de mensajería vía App a través de motoristas, y con un proyecto estupendo y enorme para lanzar la marca de un famoso Club de fútbol, el cual fue vetado por su patrocinador principal (supongo sobra les diga a qué famoso trío de empresas pertenecía el sponsor), no lográbamos generar una masa suficiente de suscriptores que nos permitiese sobrevivir como Operadora mediante la suma de todos ellos. La situación se hacía cada vez más crítica y entre unos pocos accionistas, refinanciábamos una y otra vez de nuestro bolsillo, cada uno en su capacidad, el día a día de nuestra supervivencia.
Fue hace unos 9 meses hasta hoy, un plazo tan crítico como embarazoso, que tuve la dicha de dar, por fin, con un nuevo potencial Socio comercial, y quizá Estratégico, cuya inversión en infraestructura de telecomunicaciones en México era unas 20 veces mayor a la nuestra y, para colmo, a favor de un Operador histórico, aquí y en mi tierra; que ya venía sufriendo por muchos años la cruenta guerra comercial. Rápidamente nos lanzamos a ponerle en marcha su marca en nuestro nuevo modelo de negocio y con casi todos los recursos de la Empresa a su disposición.
Aquel posible nuevo Socio había desplegado pocos años antes en México una misión tan arriesgada como inteligente pero, sobre todo, con un componente de valores indiscutible: la inclusión digital del segmento rural más desfavorecido. Poblaciones marginadas que apenas habían conocido por oídas que “Todo México era Territorio Azul”, y así lograban hablar en 2G buscando en su cielo el dichoso globo mágico de la conectividad… De navegar en la red, sería en otro siglo si por el globo fuera. Pero aquel nuevo Socio estaba ahí para eso. Sus centenares de torres y antenas a disposición de aquel Operador histórico en poblaciones de menos de cinco mil habitantes, donde ni la enorme labor de inclusión de Oxxo se acerca, daban ya un servicio de calidad a casi cuatrocientas mil personas, en un total de casi dos millones de habitantes de centenares de pueblitos en los Estados de la franja central de la República, y penetrando cada vez con mayor receptividad en aquellos pueblos.
Con este Socio logramos adivinar y conciliar nuestra nueva Misión como Operadora Móvil: la inclusión digital de toda esa población marginada a través de cinco pilares tan únicos como sólidos:
- Una venta al detalle asistida desde la empatía desde el principio al final del ciclo de venta, con cuadrillas de profesionales convenientemente dirigidos.
- Una atención al cliente sensibilizada, personalizada, con nombre y apellidos, a través de todos los medios y canales, tanto presenciales como virtuales o digitales.
- Una oferta específica adaptada a los recursos que este tipo de población puede tener en sus bolsillos, tristemente demasiado vacíos un día sí, y otro también.
- Una red de puntos de recarga ajena a las grandes cadenas y construida en cada pueblo con cada pequeño establecimiento, muchas veces sin acceso siquiera a Internet hasta nuestra llegada: desde la tlapalería a la tortillería. Establecimientos que hemos ido ayudando a renovar su imagen, hemos capacitado y hemos abierto sus puertas al mundo actual, de la mano de nuestro nuevo Socio Estratégico.
- Un modelo de inversión altamente demandante, con fuerte dificultad de asegurar retorno y dependiente en gran medida del fomento del tráfico en su propia Red.
En este proceso nos ha tocado aprender nuevas técnicas de Atención al Cliente, averiguar nuevos patrones de consumo de llamadas, mensajes y datos por parte de una población apenas recién incorporada al mundo digital, denostada y olvidada hasta ahora por parte de los grandes Operadores tradicionales pero con las mismas necesidades y, sobre todo, con los mismos derechos para el acceso al mundo digital, a la conectividad, al progreso.
Y con esta nueva oportunidad, la más auténtica, visible y valedora, en SIMPATI estamos dispuestos a RENACER.
Estamos listos y en muy buena compañía para proseguir nuestro camino de la mano de un Socio que ya había elegido mucho antes de conocernos, pero al mismo tiempo que nosotros, una misión demasiado parecida a la nuestra: la inclusión digital rural. Mis accionistas contemplan con ilusión hoy la oportunidad, casi milagrosa, de haber encontrado esta nueva vía, en semejantes circunstancias y coyuntura para, tan pronto volvamos a la nueva normalidad en este año tan loco como desafiante, continuemos y aceleremos el ritmo para que SIMPATI renazca con otro nombre comercial: HAI Digital; significando “Mi tierra”, en el idioma Otomí, aún presente en ese segmento rural y, ahora sí, apoyados en varias redes de telecomunicaciones, incluyendo la más avanzada y 5G-ready, decididos, respaldados y con un valor por entregar a la sociedad mexicana todavía mayor que el que se pueda recoger.
La apuesta es enorme y el riesgo es tan alto como es el retorno social que conllevaría. Un verdadero cambio de régimen para millones de mexicanos y mexicanas y un ascenso digital por inclusión que solamente esperamos nos permitan los intereses de los Grandes Operadores.
Se me olvidaba apuntarles la nota de suspense en este capítulo: a estas horas, en esta fecha de escritura de este capítulo, seguimos aún tras esos más de 9 meses sin materializar la transacción corporativa que supondría la absorción de SIMPATI por el nuevo Socio y, por tanto, garantizaría la supervivencia de nuestro emprendimiento, en adelante quedando en sus manos. En estas semanas de pandemia y reuniones telemáticas, se me ha añadido como punto extra de tensión el manejo de la negociación y cierre de esta operación, clave y buen broche para la compañía que fundé hace 5 años. Espero que, a la lectura de estas páginas, se haya podido dar.
Volveremos pronto, si Dios quiere, a una nueva normalidad en un escenario global que habrá cambiado. Nos guiaremos en esta nueva senda por un dogma claro: Evitar el peligroso sesgo de normalidad. El sesgo o prejuicio cognitivo es una interpretación errónea e ilógica de la información que tenemos disponible dando excesiva o deficiente importancia a los datos que tenemos, sobre todo por la enorme cantidad de datos. Con esta pandemia y sus consecuencias, con el cambio global que se avecina, con los nuevos patrones de comportamiento, el reordenamiento el ser humano, y en específico el empresario, debemos asimilar cuanto antes y, en positivo, que nada va a ser como antes, pero que nada asegura que vaya a ser peor. Necesitamos creer en nosotros mismos y en nuestros equipos, anticiparnos e innovar para lograr una adaptación que nos permita estar mejor, entregar más valor a nuestros clientes, empleados y accionistas. Todo está en nuestras manos porque la realidad la seguiremos construyendo día a día.
2021 nos dirá qué pasará. No perdemos la esperanza. Seguimos respirando por aquellas branquias que nos inventamos, cuando ya bajo el agua no había otra opción que mutar de halcón a colibrí.
Amigo del Agua.