Por: Gustav Juul
CEO
AIM GROUP
Por mi acento muchos me identifican como extranjero. Lo que muchos no se imaginan es que soy danés. Para los que nos conocen Dinamarca, les puedo contar que somos escandinavo y de dónde vienen los vikingos. Es el país de los cuentos de Hans Christian Andersen y el reino más antiguo del mundo. Cuenta con una pequeña población de un poco más de 5 millones de habitantes, lo cual es un poco menos que los que viven en el Estado de Guanajuato. Está formado por una península y algo más de 400 islas, que en su conjunto tiene una línea de costa de 7314 km. Su superficie de 43.000 km² es más o menos como la del Estado de Yucatán.
Lo que también distingue esta pequeña nación es que, se reconoce desde hace décadas como uno de los dos o tres países más felices del mundo. No es un país rico en recursos naturales, pagamos más del 50% en impuestos, el 25% en IVA, es insignificante en un mapa mundial, el idioma es gutural, no hay montañas ni ríos, el mar frío, el clima generalmente es lluvioso y gris. ¿Entonces qué es lo que hace que el danés se sienta tan feliz?
Los factores principales que destacaría para describir a la sociedad danesa, que seguramente son elementos importantes a la hora de encontrar una razón por esa felicidad, es el cuidado de nosotros mismos y del prójimo, la libertad, la generosidad, la honestidad, la salud, el ingreso medio, el nivel académico y un buen gobierno. Además, existe concepto que los daneses llamamos “hygge”, pronunciado “hy-ghe”, palabra que describe una sensación acogedora, de satisfacción y bienestar. Se trata en el fondo de conscientemente “ser amable contigo mismo” disfrutando del momento, del ambiente, de la actividad que estas realizando o de la persona con la que estas.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver la felicidad con los negocios? Según estudios realizados sobre la interconexión entre la felicidad y la riqueza se ve que, cuando más feliz es el país más rico tiende a ser, no al revés. La felicidad llama a la riqueza, no es la riqueza que crea felicidad. Según estos mismos estudios se detecta que estos países son más emprendedores y exitosos, por lo que no es una casualidad que en un país tan pequeño como Dinamarca se hayan creado empresas tan importantes como Lego, Carlsberg, Vestas, B&O, Pandora, Arla, Maersk, DSV, Tuborg, Danfoss, Coloplast, ISS, Novo Nordisk, LEO Pharma y tantos más.
Felicidad y el trabajo
Pasamos casi el 30% de nuestras vidas trabajando, otro 30% durmiendo y el resto con la familia y amigos, comiendo, haciendo deporte, en la higiene personal o en alguna aplicación del telefonito. Lo veas como lo veas, el trabajo va a ocupar un lugar esencial en nuestras vidas, no solo porque es lo que nos da el sustento para vivir, también nos da un sentido pertenencia, autoestima y estatus social y por lo tanto no es de extrañar que frases como “felicidad en el trabajo”, “trabajo significativo” y “propósito” resuenen en el mundo de los negocios. Por ejemplo, díganme si piensan que Leonardo Da Vinci era feliz haciendo lo que hacía.
En un estudio de la Universidad de Nueva York encontraron que, independientemente de la industria o del rol los trabajadores, los que sentían que tenían un propósito, tenían mejores resultados a todos los niveles.
En números duros mostraba lo siguiente:
- 20% mayor permanencia.
- 47% más de probabilidades de ser promocionado.
- 64% mayor apego a los objetivos de la posición.
¿Podría ser que una sociedad más feliz es la clave del crecimiento económico? y si es así ¿por dónde empezamos?
¿Si será?
La filosofía de vida de las generaciones anteriores que piensa que la medicina tiene que saber mal para ser efectiva, que sin dolor no hay ganancia y que no se va a trabajar para divertirse, está cambiando rápidamente. Las nuevas generaciones trabajan pensando que el sufrimiento vaya mano a mano con el éxito. Buscan, y más importante aún, logran realizar sus sueños, poniendo a las personas y la felicidad en primer lugar.
Tómate un segundo y piensa en cómo trabajas cuando estás desanimado, negativo, ansioso o estresado. Seguramente no se te suelen ocurrir muchas ideas, se te dificulta inspirar a otros, no haces las cosas con ganas, te falta motivación y compromiso. Ahora piensa en la situación inversa. Cuando te sientes feliz, ¿Cómo trabajas? ¿Creativo? ¿Crees que vas a poder lograrlo? ¿Eres más resiliente? ¿Te importan menos los pequeños contratiempos?
Como vemos está muy relacionado nuestra capacidad de logro con nuestro estado de ánimo. Cuando sentimos felicidad, estamos abiertos a las nuevas ideas, nuestros cerebros se vuelven más alertas, trabajamos más y con más gusto. La felicidad es básicamente una receta muy fácil para que tu negocio gire entorno a algo que te guste ver crecer. Según mi experiencia, cuando los astros se alinean es porque tu equipo siente la misma alegría por tu, se genera una magia especial y todo parece fluir en cuanto a clientes, economía, crecimiento y se crea aún más felicidad.
Entonces, si usted es una de esas personas que se está iniciando en el mundo del emprendimiento, entonces vale la pena dedicar un tiempo a definir qué lo hará feliz, ya que esto le dará a su startup una base más sólida sobre la cual construir. Los fundadores felices son el primer componente esencial de las startups felices.
La felicidad en los negocios comienza con la pasión
Pasamos la mayor parte de nuestras vidas en el trabajo. Es una gran parte de lo que somos, por lo que es importante que, sin embargo, nos ganemos la vida, disfrutemos de lo que hacemos. Al encontrar y seguir su pasión, ayudará a darle un sentido real a su vida y a su negocio su mojo. El camino hacia un negocio rentable comienza con el reconocimiento de su pasión. Y no solo piense “¿qué es lo que disfruto?”, Sino más bien “¿qué problemas veo que deben abordarse para emocionarme?”
Felicidad como modelo de negocio
Si quieres crear tu propio negocio o ya lo tienes y quieres lograr una cultura más feliz ¿por dónde empiezas? Aquí debajo comparto mi experiencia:
1. Comience simplemente a aumentar tu felicidad
En la simplicidad radica la felicidad. Esto es lo esencial en el Hygge. Para un Danés significa encontrar alegría en todos esos pequeños y simples placeres que la vida te ofrece cuando estás dispuesto a abrir los ojos para verlos. Podría ser reírse con un amigo, sonreír al ver a alguien con calcetines de color rosa, mandarle un mensaje a alguien con el que no has hablado hace tiempo, saborear, no solo comértelo pero realmente saborear de un trozo de chocolate o disfrutar de un momento en el que conscientemente decides no hacer nada.
¿Cómo puede aplicar el concepto de felicidad empresarial a tu negocio? Para empezar, comience tu negocio sin complicarte demasiado. No sufras, encuentra un producto o servicio que amas, registra una empresa con un nombre que te guste, crear un sitio web sin grandes pretensiones y en unos pocos días o semanas verás que ya puedes empezar. Puedes hacer todo esto (y más) por unos pocos miles de pesos. Acabas de dar el paso más difícil, el primero.
Puede promover tu sentido de felicidad en y por tu negocio a través de publicaciones en redes sociales, involucrando a tu audiencia de amigos y conocidos. ¿No puedes hacerlo a tiempo completo? Pues hazlo por las tardes o en el fin de semana, pero simplemente empieza de manera simple, tranquila y con un nivel de expectativas y inversión que puedas sostener.
2. S.M.A.R.T.
No importa en qué fase estés tu negocio, debes establecer metas S.M.A.R.T. Este acrónimo en inglés significa “astuto”. Normalmente todo lo que se sale de SMART no te vuelve feliz:
- S – Sencillo
- M – Medible
- A – Alcanzable
- R – Realista / Razonable
- T – Tiempo
Cuando defines tus metas siguiendo estas cinco palabras, tendrás una guía medible de hacia donde quieres que vaya tu sueño.
3. No persigas el dinero, sigue tu pasión.
Esta es una de las claves más importantes para empezar un negocio con felicidad y que sigas siéndolo muchos años después. Confíen en mí, si lo haces bien y te diviertes, el dinero siempre vendrá. Empezar un negocio para obtener una ganancia es loable, pero dudo que el dinero en sí, sea lo que te haga feliz a la larga. Para mí la vida es demasiado corta para trabajar más de 70 horas a la semana, si estuviera haciendo algo que no me gusta. En mi caso solo trabajo dos o tres horas a la semana haciendo cosas que no disfruto y el resto de las 70 horas, me encantan.
4. Mantente feliz y positivo, pase lo que pase.
Como punto final voy a compartir algunas de las maneras a través de las cuales te puedes mantener feliz:
- Establece objetivos alcanzables: Siguiendo el S.M.A.R.T.
- No tome el “no” personalmente: Vas a escuchar mucho “no”, un “no” no es personal.
- Céntrate: No digas “sí” a todo. Aceptar trabajos solo porque “paga las facturas” es una espiral negativa. Céntrate en tus prioridades y en las cosas que hagan que seas un mejor empresario.
- Lo del equilibrio trabajo-vida es una falacia: Da todo lo que tengas y se feliz haciéndolo.
- Cultiva un ambiente de trabajo positivo: Rodéate de lo que te hace sentirte bien y elimina a los empleados o clientes tóxicos.
Vas a experimentar numerosos altibajos como dueño de un negocio. Van a haber meses de abundancia y otros muchos donde el negocio simplemente no da o incluso te cuesta. Van a haber clientes y empleados que te acompañan en tu esfuerzo y otros muchos que no. Van a haber personas que se aprovechan de ti, de tu falta de experiencia o de tu necesidad. Sea lo que sea lo mejor que puedes hacer es mantenerte en un estado mental positivo.