Por: Juan Francisco Aguilar
VP Y DIRECTOR GENERAL
DELL TECHNOLOGIES MÉXICO
La felicidad es uno de los temas del momento: hasta se generan índices para comparar lo que ocurre en distintos países. Las empresas también se preocupan por analizar cómo se encuentran sus empleados: cuanto más felices se sienten, más productivos, creativos y comprometidos se vuelven.
Aún cuando existen encuestas y programas del tipo que ofrece Great Place to Work, medir la felicidad de los colaboradores no es tan sencillo. En mi caso busco más. Me resulta un desafío que me inspira y apasiona y hasta me lleva a la introspección: más de una vez me cuestiono qué tanto me gusta mi trabajo, cómo lo balanceo con otras actividades que disfruto, qué aprendo, si la empresa me compensa económicamente por las horas que le dedico, cómo soporto la presión, si me siento realizado a nivel familiar, si tengo la energía suficiente para rendir durante el día, si me alimento bien, si hago la cantidad de ejercicio suficiente… Puede sonar trillado, pero soy un firme creyente de que la felicidad está en aquello que hacemos todos los días.
“Reta tus creencias o ellas te retarán a ti”. Esta frase la escuché una vez y quedó grabada en mi cabeza. Cuanto más se encierra uno en sus modelos de pensamiento, menos disfruta de la vida. Es importante tolerar, compartir, tener compasión, escuchar (no solo oír), ponerse en los zapatos del otro, romper estructuras añejas. Durante años fui incrédulo del poder de la alimentación: sospechaba que era una moda. Una condición en el desarrollo de uno de mis hijos nos obligó a mi esposa y a mí a repensar y modificar nuestros hábitos alimenticios. Entendí como funcionan los nutrientes y como se combinan en mi cuerpo. Descarté comidas que me producían fatiga, cansancio y sueño. Mi energía se duplicó y mi felicidad se incrementó.
Otro aprendizaje: así como la felicidad de ganar un negocio es pasajera, la de ayudar a alguien se guarda en el corazón. Por eso me involucro constantemente en campañas con impacto en la sociedad, o en la carrera de alguien, o en promover programas de inclusión en mi empresa.
Los siguientes “poderes” ayudan a reflexionar en los aspectos más importantes de la vida: esos que nos permiten alcanzar el estado de felicidad.
El poder de la alimentación
“El alimento lo cambia todo”. La frase no solo refiere a lo que comemos, sino también a lo que pensamos, hacemos, leemos, escuchamos y hasta con quién nos relacionamos. Consideremos el poder de la alimentación como un concepto holístico, integrador, que abarca lo físico y lo emocional. Si no elegimos con inteligencia nuestros alimentos podemos experimentar cambios de humor, falta de atención, irritabilidad, estrés y reducción de nuestro rendimiento.
Como mencioné, los cambios que hice en mi alimentación física me aportaron más energía, ligereza, claridad de pensamiento y mejor rendimiento en diversos aspectos de mi vida. Incorporé muchas más verduras, frutas frescas y alimentos enteros y minimicé los alimentos de origen animal, los procesados y artificiales y los industrializados con azúcares añadidos y sustancias químicas dañinas. Puse atención en que el 80% o 90% de mi alimentación fuera funcional y dejé un escaso 10% como válvula de escape para esos gustos también necesarios. Como dicen los grandes maestros: “una buena disciplina debe tener cierta flexibilidad”. De lo contrario, los esfuerzos no son sostenibles.
El poder de las actividades placenteras
Siempre me ha apasionado la historia. Sin embargo, nunca me había dedicado al tema. Incluso, cuando escuché el reto de mi esposa (“¿Por qué no tomas tu curso de historia que tanto te gusta?”) me resistí: “No tengo tiempo”. Ella no se dio por vencida, sacó su laptop y me dijo: “¿Si te encuentro un curso vas?”. No tuve opción. “Adelante”, respondí. Desde entonces, llevo cuatro años asistiendo todos los sábados a mi curso de historia de México. No solo eso: el resto de la semana lo transcurro con la ilusión de que está por llegar la siguiente clase.
Atrévete a retarte en lo que te gustaría hacer, te ilusiona o te apasiona. El “no tengo tiempo” no es más que una excusa y una vez que uno avanza, como decía el slogan de un anuncio de hace varios años, “no tiene precio”.
El poder de tirar el “maldito” ego a la basura
El ego es uno de los mayores detractores de la felicidad, el que invade tus pensamientos y te lleva a comportamientos indeseados. No es fácil domarlo, pero el que lo logra obtiene una enorme recompensa: la felicidad.
¿Sentiste envidia cuando reconocieron más a un compañero que a ti? ¿No prestas atención a una idea porque no es tuya? ¿No respaldas a quien no va en tu misma dirección? ¿Careces de autocrítica? ¿No soportas la retroalimentación de alguien de tu equipo? En todos casos el que habla es el ego. Es hora de tirarlo a la basura. Te sentirás aliviado.
El poder de domar a los “ángeles oscuros”
Es un privilegio cuando se nos aparecen los ángeles que inspiran, alientan, motivan, conectan contigo o transmiten buena energía. Estas personas están en tu vitrina de oro personal y muchas veces aparecen como padres, pareja, hijos, amigos, familiares o compañeros de trabajo. Aunque no lo creas, también somos afortunados cuando nos encontramos con los otros ángeles, los oscuros, esos individuos que por alguna razón drenan tu energía.
Es que son, paradójicamente, disparadores de felicidad: te impiden bajar la guardia y te calientan la sangre con sus palabras, acciones y actitudes. Si puedes canalizar esta energía obtendrás el aliciente para seguir luchando: será un motor que desatará tu necesidad de superarte y, por ende, el estado de felicidad ¡Lograrás más seguridad en ti mismo!
Los ángeles oscuros nos motivan a sacar lo mejor de nosotros y buscar alternativas (éticas) para alcanzar los objetivos. Una vez superado el obstáculo, obtendremos la confianza para enfrentar cualquier reto.
El poder de una rutina funcional
La falta de orden y estructura impacta en tus conductas y en tu bienestar. La rutina funcional nos ayuda a organizarnos y sentirnos bien. No puede ser rígida ni debe estresarnos: si funciona nos armonizará, nuestro día fluirá y caeremos en un círculo virtuoso.
Contrario a lo que se piensa, las rutinas empiezan por la noche. Observar y evaluar cómo será el día siguiente nos ayuda a prepararnos para que las decisiones que tomemos en torno a nuestro estilo de vida sean más acertadas.
En una rutina funcional no deben faltar tiempo para:
- Descansar y tener un sueño reparador. Un adulto necesita de 6 a 8 horas para que su cuerpo se recupere y dormir en un espacio ordenado, con luces apagadas, sin celulares al lado ni pantallas blancas enfrente.
- Hacer ejercicio (30 minutos a una hora diaria). El cuerpo necesita moverse para no atrofiarse.
- Preparar y sentarse a comer los alimentos de manera consciente y sin distracciones.
- Trabajar. Realiza tus actividades de manera organizada y elige prioridades.
- Divertirte, socializar o hacer algo que te guste.
Si cualquier elemento afecta tus responsabilidades y no te permite respetar tus tiempos, entonces la rutina no es funcional y deberás reducirlo.
Evalúa si tu estilo de vida te hace sentir bien. De no ser así, piensa qué necesitas cambiar para mejorarlo y ponlo en práctica.
El poder de ser uno mismo
Quítate la máscara. Suena fácil, pero cuesta mucho trabajo. Hace algunos años, cuando Guillermo del Toro ganó los Oscar, lo entrevistaron en un foro en Guadalajara. Me cautivó cuando comentó que había obtenido el premio a mejor director siendo él mismo y haciendo una película con sus monstruos, lo que le gusta desde que empezó su carrera, y no filmando la obra y vida de Luis Pasteur. Un mensaje fuerte: que todo lo que realices tenga tu sello genera una gran felicidad.
Traslada eso a tu empresa, a tu escuela, a tu país: crea un ambiente donde nadie necesite ponerse un disfraz y todos puedan expresarse con libertad, sin ser juzgados ni reprimidos, un espacio de tolerancia e inclusión.
El poder de hacer todos los días lo que más te gusta
Estudios demuestran que un alto porcentaje de los empleados no se sienten inspirados. Deberíamos trabajar con nuestros hijos desde pequeños en la búsqueda de lo que realmente les apasiona y en sus fortalezas: sorprende ver personas que no pueden identificar en qué son buenas.
En el libro Now, Discover your Stenghts, Marcus Buckingham y Donald Clifton hablan de cómo desarrollar habilidades únicas. Trabajar en algo en línea con tus talentos te hace feliz. Muchas de estas capacidades las has desarrollado en diferentes etapas de tu vida y te produce una gran satisfacción ponerlas en práctica en alguna labor diaria. Nunca es tarde para encontrar tus talentos. sean más acertadas.
A modo de conclusión
Espero que te sirva mi manera de ver este aspecto de la vida que es la felicidad. Como cierre, te comparto este comentario:
“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho;
todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad”
– Marco Aurelio.