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Por: Francisco Demesa

CEO

TIENDAS NETO

Mi vida comienza buscando el “Cómo Sí”. Desde que nací he enfrentado situaciones que han requerido un esfuerzo adicional para salir adelante. Recién nacido en el hospital tuvieron que cambiarme el tipo de sangre, eso sería sólo el comienzo de la aventura.

Nací a mediados de los setentas, las devaluaciones fueron el pan de cada día en mi niñez, lo que requirió cambios de escuelas por que mi madre, quien se hacía responsable de mis gastos, no podía seguir pagando la colegiatura. El “Cómo Sí” fue conseguir una beca que no perdería por el resto de mi vida académica y que me permitiría estudiar en las mejores instituciones educativas de mi ciudad en primaria, secundaria y prepa, de mi país en la universidad y del mundo en mi maestría.

Crecí en la ciudad de Cuernavaca, Morelos y a los diecisiete años me fui a estudiar la universidad al Tec de Monterrey, Campus Monterrey. Junto con dos buenos amigos, decididos a encontrar dónde vivir con un presupuesto muy limitado y a sobresalir en una de las instituciones mas prestigiosas de América Latina, tomamos un autobús a la ciudad de Monterrey. Mas allá de la preparación académica, mis años en el Tec forjaron mi carácter. La exposición a diferentes culturas conviviendo con alumnos de toda la República Mexicana y de algunos otros países expandía mis horizontes. En el Tec tuve mis primeras experiencias de liderazgo, como presidente de una asociación estudiantil, encontrar patrocinios para las actividades requería enfrentar muchos rechazos, pero había que encontrar el “Cómo Sí”. Las actividades extra-académicas fueron la mitad de mi educación y lo que me llevaron a ser distinguido como el “Alumno del Año” en la carrera de Mercadotecnia.

Mi vida profesional comienza también buscando el “Cómo Sí”.

Decidido a trabajar con alguna de las grandes compañías en el mundo de productos de consumo para poner en práctica mi carrera, es que llego a dos importantes eventos de reclutamiento:

  1. El International Business Seminar de P&G
  2. El Business Week de Unilever.

Decido iniciar mi carrera en el Programa de Trainees de Unilever. Mi primer proyecto fue rolando turnos en la planta de envasado de alimentos en Tultitlán, Estado de México, donde mi primera tarea era desarrollar un programa de mantenimiento para la línea de mantecas. Pero ¿qué tenía que ver esto con Mercadotecnia? Nada, pero tenía que encontrar el “Cómo Sí”. Así pasé por todas las áreas del negocio y por todas las divisiones de Unilever en México, hasta llegar a Mercadotecnia en la recién adquirida división de helados, donde fui parte del lanzamiento de las marcas internacionales de helados de Unilever en México.

El buscar una mejor calidad de vida para mi familia me hizo regresar a la Ciudad de Monterrey trabajando para BAT (British American Tobacco). Sin embargo, la oportunidad profesional no fue lo que esperaba, aprendí que, hacia atrás, ni para tomar impulso. Me enfoqué en dar resultados en mi nueva posición, en encontrarle sentido a esa nueva situación, y terminé encontrando una estrategia de salida: retomar mi sueño de estudiar una maestría en el extranjero.

Mi esposa, que ha sido siempre mi compañera de locuras, me impulsaría a conseguir ese sueño. Teníamos un hijo y nos había costado mucho tener más. Después de perder tres embarazos decidimos poner en pausa la búsqueda de crecer la familia y estudiar una maestría. Comienzo nuevamente a estudiar y a prepararme para tomar el GMAT (Graduate Management Admission Test), el examen de admisión que requieren las mejores escuelas de negocios del mundo. De lunes a jueves, las noches eran de estudio, los sábados eran de tomar exámenes de práctica, ensayos describiendo por qué debería ser admitido y cartas de recomendaciones iban preparando mi aplicación, que se concentraría en sólo tres universidades: Harvard, Wharton y Kellogg. Si quería dejar de trabajar dos años e invertir en estudiar nuevamente, tenía que valer la pena.

Habría un nuevo grado de dificultad, mi esposa estaba embarazada de gemelos. Los gemelos nacieron antes de lo previsto y estuvieron muy delicados en el hospital, pasábamos día y noche en la sala de espera de terapia intensiva. El tiempo corría y la fecha límite estaba encima, terminé aplicando solamente a una universidad: “Harvard Business School”, de donde meses después recibiría una carta de aceptación. Ahora habría qué encontrar “Cómo Sí” perseguir ese sueño.

Ser aceptado en una de las mejores universidades del mundo y presumiblemente la mejor escuela de negocios parecía un sueño hecho realidad, pero casado y con tres hijos, encontrar “Cómo Sí” era un reto mayor. El apoyo de mi esposa fue incondicional y eso ha sido la base y el impulso para siempre estar buscando ir más allá. Decidimos dejar todo atrás y perseguir el sueño de la maestría, renuncié al trabajo y vendimos todo lo que pudimos.

En la transición hicimos un viaje recorriendo el país desde Monterrey hasta Cancún. Llegando a Veracruz nos enteramos de que venía en camino nuestro cuarto bebé, en Villahermosa lo confirmamos y decidimos continuar el viaje hasta a Cancún y ahí pensar qué haríamos. Recuerdo muy bien la plática en la playa; ya no teníamos trabajo, casa ni coche, sólo teníamos una carta de aceptación y la determinación para hacer que valiera la pena. Sólo sabíamos que encontraríamos el cómo si. Solicité todos los créditos posibles, todas las becas posibles y con el dinero suficiente para vivir los primeros tres meses, nos fuimos a Boston.

Estando allá me llegó la noticia de que el crédito solicitado a FIDERH, un programa de apoyo a estudiantes del Banco de México me había sido negado por haber tenido un muy buen trabajo previo a la maestría. La presión seguía subiendo, pero el encontrar “Cómo Sí” nunca dejó de estar ahí. Durante el primer semestre apliqué nuevamente al crédito y esta vez me lo dieron. La universidad también me incrementó el porcentaje de beca y así terminé el primer año. El trabajo de verano ayudó a que la cuenta del banco se moviera nuevamente en la dirección correcta y poder comenzar el segundo año de la maestría. En diciembre volvimos unas semanas a México para pasar las fiestas. Mi esposa se quedó unos días más para estar con la familia, pero no regresaría a Boston. Estaba embarazada nuevamente, pero esta vez era de alto riesgo y por orden médica, tendría que guardar reposo absoluto. Terminé el último semestre de la maestría viajando a México cada tres semanas y en el verano nació nuestra quinta hija, tres meses antes de lo planeado y pesando menos de 1 kilogramo. Había expirado el seguro de gastos médicos de la universidad y todavía no contaba con el seguro de gastos médicos de la compañía con la que trabajaría. Nuevamente tendría que encontrar “Cómo Sí”.

El encontrar “Cómo Sí” se volvió una forma de vida. En mi trayectoria profesional he tenido la oportunidad de trabajar en compañías multinacionales, liderando proyectos en mas de 15 países distintos. Tuve la oportunidad de crear una compañía desde cero, empezando sólo con una computadora y un celular e ir formando el equipo hasta llevarla a vender varios millones de dólares. Me tocó tomar las riendas de Burger King en México después de cinco años de malos resultados y cambiarle el curso contra viento y marea. Mi más reciente experiencia en Tiendas Neto ha sido acelerar el crecimiento para duplicar el tamaño de la compañía en tres años. Invariablemente, sin importar la industria, la geografía, el margen de utilidad, o el tamaño de la organización, los obstáculos y las situaciones adversas inesperadas son cosas de todos los días. El encontrar “Cómo Sí” siempre ha sido la constante.

Insistir, persistir, resistir y NUNCA desistir.


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